Desde el fin de semana, hasta este lunes o martes, el
tema de moda fue la presunta renuncia de Gonzalo Alemán Mingliolo a la
Secretaria de Desarrollo Rural. Se manejó en portales y algunos reporteros lo
asentaron en sus muros del Facebook. Ya, sin embargo, se puntualizó que no hubo
nada, dicen unos, que la renuncia fue real, pero no aceptada. Ya con él
hubieran sido tres los que abandonaban el barco de los vientos de cambio.
En realidad han sido más de tres renuncias. Unos se han
ido, sin hacer tanto ruido, simple y sencillamente porque no les gusta la
inseguridad; otros, alegaron, que no les dieron lo que les prometieron, de
sueldo y compensación, además de prerrogativas y prebendas públicas. Lo cierto
es que, una renuncia, siempre crea suspicacias, hace ruido.
¿POR QUE HAY RENUNCIAS?
La primera explicación, la más obvia, es que una renuncia
es provocada por la falta de cohesión o unidad en torno a quien gobierna, sea
el gobernador, el alcalde o el Presidente de la Republica. Y es que,
entiéndase, en principio todos llegan en aras de unos objetivos de gobernar,
independientemente de los objetivos particulares de unos y otros. La cuestión,
entonces, es como se integra el gabinete.
El gobernante no sigue la recomendación maquiavélica de
integrar a los mejores. En principio, en tanto que puede, busca colocar a sus
amigos (no a familiares, porque seria nepotismo), sin embargo, la certeza es
que buena parte de los colaboradores son recomendaciones de quienes aportaron a
la campaña (compran cargos) o de quienes tienen peso, influencia política,
dentro del partido o el escenario político.
¿PORQUE ALGUIEN RENUNCIA?
En la práctica, en el gobierno actual, se han dado dos
renuncias: la de Lidia Madero y la de Gabriela García, aunque la de esta última
fue con ciertas caracterizas, prácticamente, un enroque… y que, por cierto,
hasta la fecha no se ha nombrado al nuevo titular de la Secretaria de Finanzas,
quizá por eso, en estos días, también se filtró que Arturo Soto había presentado
su renuncia, tal y como lo hizo Gonzalo Alemán.
Es obvio que una renuncia a una Secretaria, como fue la
de Lidia Madero, es por falta de unidad interna: estaba incomoda, no la dejaban
trabajar, no le hacían caso. Fue, sin duda, lo mismo que sucedió con Gonzalo Alemán:
a Lidia la dejaron ir, quizá por temor a que creciera políticamente; en cambio,
a Gonzalo, prefieren conservarlo y, en todo caso, los que estorbaban ya
debieron leerles la cartilla.
LINEA DE AUTORIDAD.
En más de una secretaria, a veces, los empleados mismos
se dan cuenta de una situación extraordinaria: que un Subsecretario, o un
director, cada vez que hay un caso fuerte, ni caso le hacen al Secretario,
deciden y siempre que pueden acuden a su relación o amistad con e gobernador.
Sucede así, por una simple razón: quien gana una elección siempre tiene que
cumplir mil compromisos, eso conlleva a que hay Secretarios que ni siquiera
conocían a los subsecretarios, incluso ni a directores, se los imponen por
decisión y peso político. Y, obvio, los que tienen o se sienten pesados, ni
pelan al Secretario… Por eso, ni se duda, la salida de Lidia y la presunta
renuncia de Gonzalo Alemán.
Otro punto de porque, en ocasiones hay determinadas
renuncias, es por la interpretación que se le da a valores tan específicos como
la lealtad y la obediencia: cuando les piden que hagan o autoricen algo que va
en contra de la ley y hasta de los principios de honestidad. Prefieren
renunciar a ser cómplices, aunque este tipo de hechos o situaciones
coyunturales pocas veces se da. La mayoría prefieren callar, ser cómplices por
omisión o con plena conciencia.
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