lunes, 14 de agosto de 2017

ELPRI QUIERE MORIR.

¿El PRI ha cambiado? No, creo que esté listo para morir, para dejar de ser el partido que nació del poder, y que perdió, por no tener capacidad de evolucionar. En las redes sociales se puede observar, imágenes y selfies, de priistas alegres, que se sienten fortalecidos, por la presencia de Enrique Peña Nieto en la Asamblea Nacional: se engañan y no ven la realidad, su realidad política.


El PRI ha tenido una serie de cambios, de transformaciones, todas se dieron en forma coyuntural y en esta ocasión, cuando se prevé que puedan volver a perder la presidencia de la Republica, era coyuntural la Asamblea Nacional: para cambiar, evolucionar. Pero no, se vio que el PRI, solo tiene un dueño, un propietario: ENRIQUE PEÑA NIETO.


EL PRI DE LOS CACIQUES.
El actual PRI nació en el año 1929 con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (4 de marzo 1929). Se adjudica a Emilio Portes Gil como a Plutarco Elías Calles la paternidad del mismo, más a este último. La época de su nacimiento está enmarcada por un conjunto de caciques que domina a cada entidad federativa o algunas regiones. Y en la práctica, cuando Plutarco Elías Calles logra la creación del partido político hace una especie de federaciones de cacicazgos locales y regionales.


Por eso, a la larga, vamos a ver como a partir de ese momento hay caciques políticos por todos lados. En Tamaulipas medio mundo recuerda el de Emilio Portes Gil, que hasta creo un partido local, el Partido Socialista Fronterizo. En San Luis Potosí, el cacique por muchos años fue Gonzalo N. Santos. Y Plutarco Elías Calles fue conocido como El Jefe Máximo de la Revolución y controlaba el poder a través del PARTIDO NACIONAL REVOLUCIONARIO.


EL PRI DE LOS POBRES.
Fue el Gral. Lázaro Cárdenas el que desterró a Calles. Le quito el poder y su sostén fueron las distintas clases sociales: organizo a los campesinos y nació la CNC; a los obreros y la CTM. Inicio la política de masas, el control de los electores, de los votantes de una manera corporativa. Y cada una de estas organizaciones fue convirtiéndose en un pilar del partido oficial. Cárdenas impulsa una transformación del partido: nació el Partido de la Revolución Mexicana (30 de marzo 1938).


La característica del nuevo partido político va acorde con el pensamiento de Cárdenas: y el nuevo partido, en su declaración de principios, se declara de “clase”, obvio, la campesina, la trabajadora y la clase media. Por eso, un año después en 1939, nació el Partido Acción Nacional, ofreciendo construir un proyecto de nación distinto al del PRM. A la distancia, la verdad, ahora no sabemos cuál es uno y cual es otro.


EL PRI DE LA BUROCRACIA.
Se adjudica a Lazara Cárdenas un tremendo fraude electoral para imponer a Manuel Ávila Camacho, quien a la postre hará la última transformación al partido del poder. Lo va convertir en Partido Revolucionario Institucional (18 enero 1946), con la principal característica de hacerlo de “clases”, es decir, ya no solo aglutina a la clase trabajadora, obrera y campesina, por eso se va a formar lo que hoy se conoce como el sector popular.


Es el PRI de la burocracia porque gradualmente va perdiendo el poder los sectores campesino, obrero y popular, al grado que llegan al poder burócratas que no tienen experiencia política-electoral: la imposición de candidatos, el fraude electoral, privilegiar intereses de camarilla, de un grupo en el poder, es lo que conlleva a la impunidad y corrupción, que propicio que en el 2000 perdiera por primera vez la Presidencia de la Republica. Y todo hace indicar que en el 2018, sucederá lo mismo.


EL PRI DE PEÑA.
Las sucesivas transformaciones del partido oficial fueron en un transcurso de menos de 20 años cada una; han pasado, más de 70 de la última transformación, y ahora sus vicios lo han transformado en propiedad del Presidente en turno: en este caso, hoy en día, Enrique Peña Nieto. Por eso, en su momento, Luis Echeverría, López Portillo y Carlos Salinas, entre otros, actuaron como dueños: hicieron lo que quisieron e impusieron candidatos.


Cuando EPN recupero el poder los priistas pensaron que haría otro tipo de política: se equivocaron. Y la prueba fue la última Asamblea Nacional: quitaron candados porque no hay, hasta el momento, un priista que garantice el triunfo en el 2018.


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