sábado, 19 de agosto de 2017

RELEVO UNIVERSITARIO.

Ya se dan los tiempos para el relevo universitario. Llega el plazo legal y no hubo, como se pensaba, una acción de impacto por los vientos de cambio. Atrás quedaron, si, las especulaciones de que llegaría un nuevo rector, impulsado por el nuevo gobierno; atrás, las menciones de Lidia Madero como de un empresario de Tampico: va a llegar José Suarez, a quien no le pueden escamotear la condición de universitario.


Ya se dieron los primeros pasos, ya incluso, el mismo José Suarez hizo notar que desarrollo acercamiento con directores de las unidades académicas para crear los consensos pertinentes. Y, para rematar, hace notar que su proyecto es el de los universitarios. Sera, pues, un relevo universitario terso, sin complicaciones, aparentemente sin injerencias externas.


EVOLUCION RECTORAL.
He señalado que la Universidad es un ente maravilloso, así lo puede confirmar aquel que ha pasado por sus aulas, sea como alumno o como docente. Y por eso, a quienes amamos el conocimiento, nos duele que la Universidad no sea lo que uno desea: un monumento al conocimiento, a la investigación, a la docencia, a la calidad en toda la extensión de la palabra.


Por años, sus rectores, eran una especie de caciques universitarios: duraran uno y otro periodo, se volvían a reelegir, incluso hasta modificando el estatuto orgánico. Eso propicio por ejemplo, que buena parte de los directores de las facultades hicieran lo mismo, unos duraron hasta 12 y 16 años. Eran como los dueños, sus propietarios. Este esquema lo rompió Enrique Etienne.


LOS RECTORES UNIVERSITARIOS.
Viví o conocí muchas etapas de la vida universitaria. Por ejemplo, en el 1972 el movimiento de “Leyes a la UAT”; la marcha silenciosa de CU hasta la entrada al teatro de la UAT. Así como el desenlace para que Eduardo Garza Rivas renunciara al rectorado. A partir de ahí nació una época difícil y complicada: los líderes universitarios, rectores que se reeligen o que duran solo 20 o 30 días como Leandro González Gamboa.


Creo que el relevo rectoral más complicados han sido 3: el de José Manuel Adame Mier, de Humberto Filizola y el de Jesús Lavín Santos del Prado. Con el primero, Fernando Arizpe y Humberto Filizola eran los contendientes. Arizpe fue balconeado en una nota periodística: “Quiero ser rector”, declaro y según el propio Adame Mier, ahí perdió toda oportunidad y llego Humberto Filizola.


CONTROLAR LA UAT.
Siendo rector Humberto Filizola Haces y el gobernador Tomas Yarrington se vivió un momento de convulsión política interna porque fue evidente, sin la menor duda, la intromisión del gobernador Yarrington: Filizola opera que al interior de la Universidad se apaguen algunos liderazgos universitarios; y para que deje la rectoría,  se le ofrece una diputación federal… entrega la rectoría y, de ahí, sale corriendo como quien dice a su registro como candidato a diputado federal.


Jesús Lavín Santos del Prado se convierte en Rector y se ve como una imposición gubernamental y no logra consolidar su ejercicio y, por otra parte, sus desavenencias con el gobierno de Eugenio Hernández Flores, crean las condiciones para un pinochetazo en el salón de eventos de un hotel capitalino. Así llego, José María Leal Gutiérrez, que le pasa la estafeta a Enrique Etienne.


PREMIO AL MERITO.
Todo hace indicar que José Suarez será el próximo rector. Quien ha sido universitario lo conoce, su trayectoria, el trabajo que ha realizado en sus distintas tareas universitarias, por eso, porque se le conoce, hay la certidumbre de que la UAT quedara en manos de un universitario, que conoce sus entrañas, sus fortalezas y debilidades. Por eso, y no otra cosa, se confía en que haga los cambios pertinentes y fortalezca a el Alma Mater.


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