jueves, 21 de diciembre de 2017

ACCIDENTES: IMPERICIA E IRRESPONSABILIDAD.

Dos hechos de estos últimos días me han llamado la atención: un video de un persona, hombre, que tuvo un accidente vial; borracho, exclamaba, les voy a pagar con bote, no tengo dinero. Y por otra, la disposición de Aníbal Martínez González, periodista, que se ofrece a tránsito local para hacer una campaña de educación vial: accidentes que causan daños a la salud y que, en algunos casos, dar por terminada una o más vidas. ¿Sera suficiente la difusión?


Una de las cosas que han caracterizado al mexicano, al menos en los estudios de análisis psicológico y sociológico, es que toma muy en cuenta la expresión de José Alfredo Jiménez, de que la vida no vale nada; y de que, al menos en caricaturas y en chistes, hoy memes, se burla y se ríe de la muerte. ¿Cómo, pues, modificar este comportamiento?


IMPERICIA, IRRESPONSABILIDAD Y FALTA DE CONCIENCIA.
Los últimos días, quizá por la época navideña, de fiestas y más fiestas, de pasarse de la mano con las bebidas alcohólicas, hemos sido testigos los capitalinos de una recha increíble de accidentes. Ya no sabemos en qué lugar hay más, porque son por todos lados. Unos son en carretera, otros en las calles de la ciudad. Impresionante, dramático, impotencia, dolor, muchas cosas pasan por mi mente al enterarme.


Impericia, irresponsabilidad y falta de conciencia son la causa de tanto accidente, advierte Manuel Rojas Calvo, Coordinador Estatal de la Policía Federal. Y la verdad, si tiene razón que se constata con el video que, líneas arriba les menciono. Pero, además, uno mismo –yo en lo personal-, he sido testigo y víctima de la impericia de unos y otros al manejar. Lo que sorprende, en todo caso, es que esa falta de conciencia de que habla el policía se pone en evidencia en más de una ocasión.


EDUCACION Y CULTURA.
¿Cómo hacer, o lograr, que los conductores tengan más educación y cultura vial? Me remito a un hecho: durante años, muchos años, no se usaba el cinturón de seguridad. Incluso, recuerdo un caso anecdótico: un amigo recibió información de que su esposa había chocado. Estaba lesionada y el agente de tránsito le dice: no traía puesto el cinturón de seguridad. Pero, ¿Cómo, dijo el amigo, el carro no prende si no se lo pone? Y la respuesta fue contundente: “me lo pongo, y luego me lo quito”. Pero hoy en día, todos, o casi todos, usamos el cinturón: fue porque empezaron a multar.


Siempre recordamos –los que ya somos adulto mayor- como nuestros padres nos educaron. El ejemplo pero sobre todo el castigo, a veces incluso corporal. Así que la autoridad tiene a la mano el medio: aplicar la ley. A veces, con cierta ironía, decimos que cruzando el puente a Brownville o McAllen nos comportamos diferente. No infringimos las reglas de transito… por miedo, si, a las multas que aplican. Funciono con el cinturón, debe funcionar con otras disposiciones de tránsito.


CHOCOLATES Y CELULAR.
La autoridad de transito ha identificado varias causas de los accidentes viales. Afirma Leoncio Ariel López Talamantes, director de tránsito capitalino, que los carros chocolates liderean los percances viales; hace notar, sorprendente, que por cada carro nacional hay dos “chocolates”. Bien lo sabemos, participan en un percance y, la mayor de las veces, ahí deja el vehículo y no saben ni a quien sancionar. Por, debe aplaudirse la decisión de tener un control vehicular de los mismos… lo único malo, si, es lo caro del mismo.


Otras situaciones más específicas de los percances viales son: la impericia, es decir, no saben conducir; que se puede disminuir si, efectivamente, se aplica el reglamente respectivo y, además, se hace el examen a cada aspirante a disponer de su licencia de manejo. ¿La tendrán quienes traer autos chocolates? Uno más, tiene que ver con la irresponsabilidad y falta de conciencia: el usar el celular al ir manejando. Basta con pararse en una esquina, o calle, y observar a los conductores… van con celular en mano y, lo más increíble, algunos hasta texteando.


SOLUCIONES PRÁCTICAS.
Efectivamente, como lo propone el periodista Aníbal en las redes sociales, un punto es la difusión de la educación vial; y otro, muy importante sin la menor duda, es la aplicación de la ley: el operativo antialcohol es una acción positiva; otro, tiene que ser el relativo al uso del celular: para eso existe, por ejemplo, el manos libres o de plano, no contestar llamadas y menos enviar mensaje. ¿Qué cuesta, en todo caso, detenerse, orillarse, y atender el celular?


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