martes, 12 de diciembre de 2017

VIDA Y MUERTE.

Hace buen número de años Edelmira Jiménez, estudiaba comunicación en la universidad, me hizo una pregunta que me sorprendió mucho: ¿Por qué se suicida la gente? Y como explicación en contexto, me indico la nota de un periódico local, que señalaba que una persona, ya adulta, que padecía la diabetes se había suicidado. En ese momento, y aun en el presente, me es difícil dar una explicación.


Cuando fui estudiante universitario, en el barrio donde vivía, una día nos sorprendió una noticia: un adolescente, de apenas 12 o 13 años, se había suicidado: de lo único que nos enteramos, en aquella ocasión, es que había visto una novela en compañía de sus familiares, concluyo la novela, se fue a su habitación y, se deduce, se suicidó con una soga. Difícil tener una explicación.


NOTAS Y EXPLICACIONES.
En buena parte de los suicidios, de esos que dan cuenta los medios de comunicación, por lo regular hay una nota explicativa. La mayor parte de las mismas van en dirección a problemas de tipo médico, la diabetes por ejemplo, o a que tienen algún problema familiar o, en otros, incluso, por una decepción amorosa. Y en algunos casos no hay ninguna explicación, tal y como sucedió hace días con un servidor público del área de protección civil: no se informa de nota explicativa, así que se desconocen los motivos.


Las estadísticas se incrementan día con día. Y las causas más conocidas en la incidencia de suicidios son variables; pero destaca, en primer lugar, la depresión, que va aparejado con la baja autoestima. En otros casos son la mala relación que se tiene con la pareja, casi siempre porque uno ya no quiere continuar con la misma; parece mentira, pero también se suicidan por los problemas económicos. Los trastornos mentales y la adicción a sustancias nocivas tiene también algo de culpa.


VIDA Y MUERTE.
Nadie, pero nadie, de eso estoy convencido, quiere morir. Cuando estamos enfermos buscamos una y otra solución, o alternativa; nos aterra morir y cuando, hacemos plena conciencia, de que tarde o temprano vamos a morir, llegamos al punto de pedir a Dios –si se es creyente-, morir sin dolor, que sea rápido, no queremos sufrir, ni que sufran los familiares. Y es entonces, cuando tenemos un aviso, que pensamos en la vida: que Dios nos la concedió y que no la cuidamos.


Todas las religiones en vida nos ofrecen un pasaje al cielo, el costo son las reglas y normas que, cada una, nos inculca para regir nuestra vida. Por ejemplo, ayer que se festejó a la Virgen de Guadalupe, un cristiano puso en su muro el versículo que, se entiende, da la regla de no venerar a ídolos: Isaías 42:8, de no alabar estatuas. ¿Agresión o intolerancia? La cuestión es de fe, de creer y de ser congruente, en este caso, cada quien con su iglesia.


VIVIR A PLENITUD LA VIDA.
¿Cómo vivir la vida a plenitud? ¿Qué se necesita para ser felices? Unos quieren tener poder; otros, riqueza; otros más, dicen, disfrutar la vida, tomando lo que se les ofrece, o lo que pueden tener por su capacidad económica. Y uno a veces se pregunta, ¿Por qué hay personas, si, que viven muchos años? Hace años leí un texto en donde su autor, un premio nobel de medicina, hacía notar que la longevidad era consecuencia de vivir sin preocupaciones… y, quienes más viven sin preocupaciones, son quienes menos conocimientos tienen… los campesinos.


“He convivido con él, en algunos momentos de relajamiento, y ha vivido a plenitud, no se limitó de nada”, me comento un amigo a quien, un día, le enseñe el post de un amigo que reconoce que vivió una vida desordenada… pero que, ya para ese momento, su vida cambio: tiene que extremar sus cuidados porque, incluso, un órgano de su cuerpo está sumamente dañado. ¿Valió la pena vivir a plenitud determinados momentos a costa, en este caso, de acortar la esperanza de vida?


AVISOS DEL CIELO.
Mi padre acaba de cumplir apenas 82 años. Y un día, allá en Campoamor me dijo: “ya me quiero morir”. Porque, replique de inmediato y respondió: ya casi me murieron todos, ya soy de los más viejos. Sin embargo, les cuento que fue operado del corazón y el cirujano le dijo: si usted se cuida, la auguro larga vida. Eso fue en el 2000… y ahí la lleva, la llevamos… por cierto, hoy 13 de diciembre celebro un aniversario más de vida matrimonial: ahí la llevamos, pian pianito, con la bendición de Dios, sin excesos, porque amamos la vida.


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