sábado, 20 de enero de 2018

POLÍTICO: SER O NO SER.

Quienes impulsan la participación política hacen notar que las cosas públicas, el Estado y el Gobierno, no cosas demasiado serias; y que, en consecuencia, la política no se la deben dejar a los “políticos”; y otros, en afán de marcar diferencias, hacen notar que unos no son políticos, que son policatros. El hecho real, a lo largo y ancho del mundo, con más razón en México, es que el político, el gobernante, el dirigente, está muy desprestigiado.


Los mexicanos, muchos, no votan porque, dice, son los mismos corruptos, sinvergüenzas. AMLO diría, son la mafia del poder. La realidad es que, en algunos casos, la abstención electoral rebasa el 50%; en consecuencia, por ejemplo, a que las encuestas de cultura política afirmen que más del 60% de los mexicanos no tienen interés en la solución de los problemas que están a su alrededor: no les interesa participar.


EL ANIMAL POLÍTICO.
El filósofo Aristóteles acuño la expresión de que el ser humano es un animal político (zoon politikon). Lo hizo en su observación de que el ser humano es un ser social por naturaleza; solo quien es Dios o un animal, puede vivir solo. Así nació la comunidad, el conglomerado social. Sin embargo, al paso de los siglos, hoy en día, hay políticos profesionales: que luchar por el poder, que lo ejercen y a más de uno no le importan los medios con tal de tenerlo.


Si observamos el escenario nacional, estatal o local es fácil mencionar, o identificar, a quienes son animales políticos en toda la extensión de la palabra: Francisco Javier García Cabeza de Vaca, por ejemplo, se fijó una meta y fue trabajando objetivos intermedios (alcaldía, diputación, senaduría) hasta alcanzar la gubernatura. Es, obvio, un político profesional. Y como el, lo son, personajes como Oscar Almaraz o Enrique Cárdenas.


NO ENTRAS, TE METEN.
Hace tiempo, en una reunión con periodistas, Antonio Martínez Torres, a quien no se le puede negar su condición de “político profesional”, hizo notar un detalle: en la política, no entras, te meten; no te sales, te sacan; y dio ejemplos. Su afirmación nace de una condición específica: la política es de proyectos, de grupos o camarillas, nadie va solo, vaya pues, haciendo política. En el caso de un Estado, por siempre, el proyecto es del gobernador, que se alinea o choca con interés más grandes, nacionales.


Visto en términos concretos diríamos que Maki Ortiz, por dar un ejemplo, no va en el proyecto de García Cabeza de Vaca. Por eso es probable que no entre en proceso de reelección. Si entra, en ese proyecto, Carlos García, el líder del Congreso; como también pueden estar Cesar Verástegui, Gerardo Peña, Cecilia del Alto, Héctor Escobar y Omeheira López, que fueron los colaboradores placeados en el festejo de Día del Periodista. Por eso, Arturo Soto no dice nada: ya entendió que el jefe manda y manda; que es el mismo caso de Ismael García.


CARTA DE INTENCIÓN.
En la convocatoria del PRI, para diputados y senadores, establece que priistas y no priistas que deseen ser precandidatos, tienen que manifestar su intención de ser tomados en cuenta. Es lógico: no vaya a ser que luego, uno que otro, sean señalados por el fiel de la balanza (se entiende el CEN) y este no quiera. Aquí, pareciera, que tu entras, no te meten. Pero en el caso concreto del PRI, para la senaduría, públicamente se han apuntado autentico políticos: Ramiro Ramos, Enrique Cárdenas y los que se anoten, que los manden, de alla, del centro, porque ya están palomeados.


Y es que, basta hacer algo de historia, y nos vamos a topar, por ejemplo, como el gobernador en turno metió a más de uno de sus amigos como alcalde y fue todo: debut y despedida, si acaso llegaron a ser diputado local, pero de ahí no pasaron: los metieron, como parte de un proyecto, y no fueron capaces de avanzar o construir el propio. De los exalcaldes de Victoria: Pascual Ruiz y Arturo Diez Gutiérrez, entre otros. Así, en este contexto, es la coyuntura de Francisco Javier García Cabeza de Vaca: ¿a quién, o a quienes, incluirá en su proyecto político más allá del sexenio?


E. MANAUTOU NO QUERIA.
En la historia política de Tamaulipas aparece el nombre de Emilio Martínez Manautou: fue Secretario de la Presidencia con Gustavo Díaz Ordaz. Quiso ser gobernador de Tamaulipas y le gano Enrique Cárdenas; luego, fue Secretario de Salud con José López Portillo: quería ser Presidente de la Republica y, para que se olvidara de esa ambición, lo mandaron de gobernador a Tamaulipas: cuentan, no quería, pero se aguantó y por eso no le echo ganas a la gubernatura.


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