Ya estamos en diciembre, el mes de las posadas, el mes de
la fraternidad, y sin embargo en el mundo de la política, lo que menos hay es
fraternidad; unos y otros, de los que quieren el poder, no vacilan en hacer uso
de malas artes. Y también es el mes de las cuentas públicas; de la revisión de
los gastos que hicieron los gobiernos y las entidades públicas. Es un mes que,
quizá, a Miguel V. Salman no le gusta.
Miguel V. Salman, el Auditor Estatal bien que lo sabe: no
le puede dar gusto a todos así que, lo menos o mínimo que debe hacer, es hacer
bien las cosas. Y es que, las cuentas públicas, es uno de los instrumentos que
utilizan para medir que el dinero del público se haya gastado de manera
correcta. Y es, por esa revisión, que más de un alcalde –casi nunca un
funcionario estatal-, ha sido huésped de la prisión estatal.
El trabajo de Salman no es fácil ni es poco, como poco es
también su personal. Sin embargo, el trabajo se tiene que hacer y que siempre
es cuestionado, mas sobre la oposición. Por ejemplo, la oposición siempre se
queja de algo recurrente: que las cuentas, al final, ni se revisan, no estudian
y que terminan aprobándolas en solo 30 minutos. Es una práctica, o queja, de
que no se entrega a tiempo la información, digamos, suficiente y pertinente.
¿Por qué es importante, significativa, la revisión de
estas cuentas públicas? Porque está a punto de concluir el periodo de gobierno,
tanto de Egidio Torre Cantú como de los 43 alcaldes, y muchos ya piensan en cómo van a salir. Se acuerdan del año de Hidalgo,
de que pronto ya no tendrán presupuesto para hacer de las suyas y hacen de las
suyas y a veces sin verificar que se cumplan con los requerimientos contables o
presupuestales.
Y son, además, las cuentas públicas el Talón de Aquiles
de más de un alcalde. Más de un alcalde, mejor dicho, exalcalde ha estado en la
prisión estatal por no tener bien sus cuentas. Y en esa coyuntura es como
algunos miembros del PAN se hacen preguntas sobre las cuentas públicas del
2006, 2007 y 2088 del municipio de Reynosa: las cuentas municipales
correspondientes al gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vacad que,
inexplicablemente, no han sido sancionadas.
¿Por qué esas cuentas públicas no las ha revisado o no ha
entregado la Auditoria Superior del Estado? En este sentido, los escenarios
pueden ser varios: han sido revisadas y están bien; han sido revisadas y están
mal; y, en cualquiera de los casos, no se sigue adelante en el proceso de
revisión, solo por meras cuestiones políticas. Porque son, como bien dice, un
diputado incluso panista, se usan como medida de presión, de chantaje. Y la
verdad, el pueblo requiere saber la verdad.
Nadie desconoce que Francisco Javier es uno de los
precandidatos más fuertes del PAN a la gubernatura de la entidad. No quiero ni
imaginar, si, que es candidato oficial y que aparezcan, digamos, filtradas
cifras, datos y más explicaciones que lo hagan parecer como un ladrón. Puede
ser cierto, pero si eso llega a suceder, será un daño más severo para el propio
gobierno, para el propio PRI, por hacer gala de algo que por omisión permitió
casi 10 años de impunidad. Como quien dice, Eugenio Hernández Flores y Egidio
Torre Cantú, como gobernadores, simplemente, no le entraron a las cuentas
públicas.
Y es que, como siempre, hoy Miguel Víctor Salman Álvarez
y los que antes estuvieron en su lugar, como los respectivos líderes
congresales, podrán decir: no nos mandábamos solos, así como lo hizo en su
momento Pedro Carrizales al momento de ser ingresado a prisión por malos en su
gestión pública. Todo tiene su tiempo y los tiempos políticos ni se diga, pero
el pueblo, la sociedad, los electores, exigen no ser engañados.
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