JUGAR A LA
DEMOCRACIA.
He asistido a dos de las últimas sesiones públicas del
Tribunal Electoral en la entidad. El mismo que tiene como Magistrado Presidente
a Rene Osiris Sánchez Rivas; quien, dicho sea de paso, no ha logrado cuajar un
trabajo consistente. En cada sesión el secretario de cada Magistrado Ponente da
lectura a, su ponencia; luego el Magistrado (a), prácticamente, vuelve a
repetir lo mismo, pero con más explicaciones y al final se pregunta a cada
Magistrado si apoyan o no a la misma. Siempre unanimidad: y en la democracia,
esta siempre es sospechosa.
Es muy importante el trabajo que hacen los Magistrados
Electorales: son el garante de que los procesos electorales, las actividades,
los eventos, las decisiones, correspondan a los valores que, en México, se le
atribuyen a la democracia; que de acuerdo a la Constitución Política, los
partidos político tienen la obligación de promover e impulsar la democracia.
Sin embargo, las ponencias permiten deducir que los tamaulipecos no saben jugar
a la democracia.
LOS MAGISTRADOS ELECTORALES.
Los Magistrados Electorales son 5: Rene Osiris Sánchez
Rivas, que funge como Presidente; así como Emilia Vela González, María
Concepción Reyes Reyes, Marcia Laura Garza Robles y Edy Izaguirre Treviño. Son,
en este momento, los mejores exponentes del Derecho Electoral en la entidad.
Llegaron a su condición de magistrados después de que pasaron varios filtros y
demostraron su talento y capacidad. Por ello, de ellos, los tamaulipecos
esperamos un trabajo excelente.
Y excelente debe ser el trabajo porque, además, se
entiende (se supone) que su elección ya no responde a los intereses o cuotas
partidistas. Porque fueron electos a través de una convocatoria y aprobados por
el Senado. De todos modos, dados ciertos casos, la suspicacia sobre la
imparcialidad, le legalidad, lo justo, entre otras cosas, aparecen en la medida
de ciertas decisiones precedidas de sentencias o resolutivos no muy claros o
que dan lugar a pensar que tienen dedicatoria… tienen que entender que, por
ellos, ante el pueblo hablan sus sentencias, decisiones o ponencias.
TRAMPAS, ERROR O DOLO.
El juego democrático tiene reglas contenidas en la
legislación electoral y, obvio, en la Constitución Política, tanto del país
como de la entidad. A esas reglas se deben ajustar tanto los ciudadanos como
los partidos políticos; en tanto que, los órganos electorales, sea el INE,
IETAM o Tribunales Electorales tienen que ajustarse a la letra de la ley, a la
jurisprudencia y, obvio, hacer sus interpretaciones para validar o invalidar un
proceso electoral, una o varias casillas, asignar una diputación. Hacerlo
revisando hechos para determinar si hay dolo u error.
Prácticamente todas las ponencias validaron elecciones.
Sin embargo, describieron y narraron hechos que condujeron a invalidar una o
varias casillas; porque ahí, los hechos impugnados, mostraron que no se
ajustaban a lo prescrito por la ley, la práctica democrática. Y eso, el que se
busque ganar una elección mediante trampas, solo nos lleva a considerar que el
ciudadano –no todos- no sabe jugar a la democracia: conoce las reglas pero
buscar violarlas para tomar ventaja en el conteo de votos. Pero como al alcalde
que robo, pero solo poquito, aquí las trampas, o los errores, no determinaron
un triunfo electoral, fueron también “poquitas”.
APLICAR LA LEY.
Hay un detalle: partidos y candidatos violan, en más de
una ocasión, una regla del juego. Como esa de que Maki Ortiz asistió a un
evento partidista siendo Presidenta en funciones y solo se le amonesto; o que
el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, igual fue a Llera, a Tula, y a
otros lugares. Y en la valoración se determina que, fue un acto violatorio de
la ley, pero que no impacta en la votación final…o sea, pueden seguir
haciéndolo, al fin que no pasa nada, los amonestan y, si es necesario, basta
con que paguen la multa. No es, obvio, correcto.
Suceden ese tipo de cosas, en muchas de las veces, porque
se aprovechan de los recovecos o las insuficiencias de la ley electoral; lo que
da margen, a su vez, a que los Magistrados en la interpretación de la Ley
actúen –por error o dolo-, de manera equivocada y luego, en el Tribunal
Federal, les enmiendan la plana: porque eso es, cuando les corrigen, es
decirles que actuaron con dolo y fue un error, si es error, es porque no se
estudia de manera suficiente el expediente, los hechos pues.
DONDE APRENDER DEMOCRACIA.
Hace tiempo en una ponencia José Luis Pariente estableció
que el ciudadano no sabe jugar, o sea practicar, la democracia porque nunca le
enseñaron: que vivió en un hogar donde el padre imponía decisiones y en la
escuela el profesor actuaba de la misma manera. En los libros nos decían que
era democracia, pero en ningún lugar como se practicaba. Y hoy en día los
ciudadanos, los miembros de un partido político, solo piensan en sus intereses,
no en el partido político, menos en la sociedad.
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