Creo que no miento si digo que
uno de los problemas, y graves, de la capital tamaulipeca son los
estacionamientos. Lo anterior viene a cuento porque Jorge Salinas Treviño, el
director del Hospital General, ya anuncio que el edificio de la antigua Cruz Roja,
ya fue donado a la institución médica y que pronto se tendrá el proyecto
ejecutivo para transformar el inmueble en un estacionamiento, dice, con 260
cajones.
El problema del
estacionamiento lo vivimos a diario. Quienes van, por ejemplo, a Palacio de Gobierno;
durante un tiempo era imposible encontrar lugar. Ahora con los parquímetros si
encontramos, porque antes –trabajadores gubernamentales y de tiendas-, los
estacionaban y estaban ocupados los lugares toda la mañana o toda la tarde.
Ahora, como tienen que pagar, imagino que lo dejan más lejos o buscaron
“pensión” en alguno de los estacionamientos del lugar.
Si vamos a la Universidad, a
su edificio central, sucede exactamente lo mismo. Y ahí, cerca, esta un
estacionamiento de 4 pisos; pero cuando hay algún evento en el Teatro Juárez,
como una graduación o un Informe del Rector, se llena y –puede no creerme, pero
me sucedió-, para lograr salir del estacionamiento se tarda más de una hora.
Claro, también por ahí, ya proliferaron los estacionamientos privados que, la
verdad, a veces es preferible pagar los 10 pesos por hora, que dar vuelta y
vuelta, hasta encontrar un espacio vacio.
Un cuello de botella también
es el Centro Universitario, empezando por la Clínica del Seguro Social,
continuando por la Facultad de Derecho, hasta llegar al fondo del Campus
Universitario. No más para que se dé una idea, en la Facultad de Derecho en
ocasiones hay quienes ponen hasta en doble fila su carro… y eso que se entra
con una tarjeta electrónica: simplemente el espacio es insuficiente. Y no hay
forma, ni de dejar carro en el estacionamiento del Gimnasio, porque también
siempre está lleno.
El caso del Hospital General
es más que grave: más grave porque se carece de lugares para estacionar y en
buena parte de las áreas aledañas al camellón, está prohibido estacionarse. Y
ahí es cuando aparecen dos tipos de vivales: los vecinos que, sin pensarlo
mucho, acondicionaron sus paticos para transfórmalos en estacionamientos, es
común observar a jóvenes que se disputan a los clientes; y, estos, son
doblemente beneficiados, por en esos lugares hacen de las suyas las grúas, que
hacen sus rondines y se llevan los carros por estar estacionados en lugares
prohibidos.
La situación actual en el
Hospital General, de la carencia de un estacionamiento en forma, dice el Dr.
Jorge Salinas, afecta incluso el funcionamiento del hospital, por una sencilla
razón: obstaculizan, bloquean pues, hasta la entrada de las ambulancias. La
decisión tiene que aplaudirse: pasar por ahí y ver el lugar abandonado, con
hierbas y escombros, el edificio semidestruido, da pesar. Sí, porque lo primero
que uno piensa: ¿Por qué no utilizan mínimo el estacionamiento? Bien por
Salinas, que así resuelve un grave problema para la sociedad.
EL PROTAGONISTA.
Antonio Martínez Torres no puede negar la cruz de su
parroquia: la política. Por eso, toda su vida ha sido la oportunidad para
evidenciar su vocación de servicio; y sobre todo, abrevar conocimientos y
experiencia en eso de ser un operador político. Tiene madera, tablas y mucha
experiencia. Ya esta convertido en el responsable del cuarto de guerra del PRI
estatal rumbo a las elecciones federales del 2015, antesala de las locales del
2016. Su designación lo convierte en el eje de la estrategia y la táctica para
recuperar espacios de poder perdidos.
Contacto:
Correo: meligue@prodigy.net.mx
Web: meligue.blogspot.com
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