martes, 15 de abril de 2014

RELIGION Y DOLOR

Estamos en Semana Santa, Semana Mayor, que tiene un tremendo significado para los creyentes,  sobre todo para los católicos, puesto que la escenificación de la crucifixión de Jesús es uno de los eventos religiosos más connotados. Y México sigue siendo católico en su mayor parte. Y quienes creemos en una fe, hoy por hoy, si somos congruentes debemos validar en los hechos tal cosa.


Hablar de religión implica, siempre, una polémica. En más de una ocasión he escuchado decir a un anfitrión que, en su casa, está prohibido hablar de dos cosas: la política y la religión y es que, ambos temas, por lo regular provocan, incitan, de tal forma que los ánimos se caldean al tenor de unos y otros argumentos. Hoy, pese a ello, voy a comentar sobre la religión y el dolor.


Uno de los grandes dogmas de la humanidad es creer en un Ser Supremo. El nombre es lo de menos, basta creer que hay alguien  -una fuerza superior-,  que está por encima de los mortales y que, con oraciones, con fe y confianza, puede lograr u obrar acciones que son in inexplicables para la ciencia. ¿Por qué el pueblo mexicano sigue siendo guadalupano? Porque le tiene fe y confianza a la Virgen de Guadalupe. Es esencial en el catolicismo.


Antonio González Sánchez, el obispo de Victoria, una y otra vez, ha sentenciado que gradualmente su iglesia va perdiendo feligreses. La respuesta, si es que hay, creo que solo es una: la iglesia de Jesús ha perdido la confianza de la feligresía porque no practica su humildad, porque no está presente en el momento en que se le requiere: hay sacerdotes de todo tipo, unos sencillos, sensibles, pero otros gruñones, enojones, sin paciencia… y unos mas, vaya pues, que se dan sus moños para hacer su trabajo.


Tengo familiares y amigos que son cristianos, antes eran católicos. Y observándolos encuentro un punto en común: dejaron el catolicismo y arribaron al cristianismo en circunstancias muy especiales, cuando tenían un momento de dolor –la pérdida de un ser querido o el padecimiento de una enfermedad-, y el apoyo moral, de fe y confianza, no lo reciben en la iglesia católica –el padre y sus ayudantes no tienen tiempo-, ocasión que aprovechan los cristianos.


La iglesia católica es de masas y entre quien es su líder, su representante (sacerdote) y la feligresía hay una desvinculación: por eso, en su momento el Padre Rubén Robles fue exitoso, porque estaba cerca de su pueblo y más con sus misas de sanación. La iglesia cristiana, la no católica, practica una especie de célula que se reparte por lo largo y ancho del territorio: todos sus feligreses se conocen, saludan y conviven con su líder religioso… están más cerca, vaya pues, de la fe y la creencia. Los católicos olvidan las enseñanzas de Jesús.


LA PROTAGONISTA.

DULCE GOMEZ. Es egresada del Instituto Tecnológico de Cd. Victoria. Ahí tuvo su primer contacto con la fotografía; sus primeras enseñanzas las recibió de José Angulo Gual y al paso del tiempo, su pasión fotográfica se intensifico con las enseñanzas de Víctor Zúñiga. Hoy, Dulce esta convertida en una fotógrafa profesional: cuando da click captura una imagen que hace perdurar una emoción. Y para consolidar su vida profesional, este lunes inauguro su estudio fotográfico. ¡Enhorabuena y mil felicidades!
Contacto:
Web: meligue.blogspot.com


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