El PRI tamaulipeco que liderea Rafael González Benavides está
renovando sus sectores con vistas, se entiende, a la elección federal del 2015
y luego la local del 2016. Y todo hace indicar que, con todo y lo que diga el
líder, su partido está en un bache: basta ver los liderazgos para evidenciar
una incapacidad para formar líderes nuevos, que vayan con la generación.
Se puede pregonar, como lo hace el primer priista del
Estado, que “el PRI es y seguirá siendo el partido del siglo XXI, el partido de
las grandes transformaciones sociales, el partido de las mejores propuestas del
cambio con rumbo”, pero hay un detalle: también se tiene que transformar, de
otra manera, no podrá continuar siéndolo, porque no puede vivir en y del
pasado.
El evento priista de este fin de semana lo dice todo:
Humberto Valdez Richaud se convirtió en el nuevo líder del Movimiento
Territorial. Y debe estar feliz, muy feliz, porque después de varios años de
ser banquero (por estar en la banca política) al fin tiene la oportunidad
nuevamente de estar en los reflectores: claro, no como los tuvo en otros
momentos, cuando fue, por ejemplo, secretario particular del gobernador o
alcalde de Reynosa.
Es una cara vieja del PRI. Creo que muchos, incluso, ya
ni se acordaban de que existía. En la jerga política del viejo PRI, se diría
que es un “dinosaurio” de los priistas tamaulipecos. Su encumbramiento en uno
de los pilares del PRI, da oportunidad a preguntar: ¿Dónde están las nuevas
generaciones de líderes priistas? Y es que nadie discute que el “Betico”, sea
un buen político, pero ya no es un joven y en este momento el PRI, pierde
votos, porque los jóvenes ya no creen en el PRI.
Puede ser llegada de Humberto Valdez una mala señal. Sin
embargo, la señal equivocada, ya estaba presente en el Movimiento Territorial:
resulta que su antecesor, el hoy diputado local Heriberto Tijerina, puede
presumir que estuvo en el liderazgo 8 años, inicio en un sexenio y termino en
otro. ¿Por qué duro tanto tiempo? ¿Acaso por ser un líder eficaz? O, de plano,
duro tanto, porque no encontraban a un buen sustituto, y cuando lo hallan es un
político de una generación anterior, que tiene mucho “colmillo”.
La decisión de
ungir a Humberto Valdez como nuevo líder del Movimiento Territorial no puede
ser al “ahí se va”; se entiende que Egidio Torre Cantú es el tamaulipeco mejor
informado y sus decisiones no puede partir de información insuficiente, no
veraz. Sabe perfectamente lo que está en juego; no solo trascender como
gobernante, sino crear las condiciones para que su partido, el PRI, puede
recuperar terreno… al menos en Tamaulipas hay suficientes evidencias de como se
pierden senadurías, diputaciones y alcaldías, solo falta la gubernatura.
El PRI en Tamaulipas le apuesta, como quien dice, a sus
caras viejas. El primero fue precisamente Rafael González Benavides. Es decir,
a la experiencia, a que conocen como se dice en el rancho “de aguacates”. Solamente
que eso, hoy en día, no es suficiente: la clientela del PRI disminuye y hay
necesidad de ir por mas votos y un sector, prácticamente vedado para el PRI,
son los jóvenes: el voto duro disminuye con las nuevas generaciones… las caras
viejas no garantizan ni el viejo voto duro.
Contacto:
Correo: meliton@prodigy.net.mx
Web:
http://meligue.blogspot.mx/
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