Hace muchos años, quizá más de un siglo, se acuño una
pregunta: ¿Cómo van las cosas en palacio” y la respuesta era: “Despacio,
despacio, despacio”. La pregunta y la respuesta es válida para cualquier
gobierno, de cualquier lugar y época, por una sencilla razón: la burocracia es
sinónimo de lentitud y ellos conlleva, invariablemente, a que haya ineficiencia
y en cierta medida corrupción.
Lo que sucedió en la secundaria 7, que ya ha tenido
muchas repercusiones, es culpa precisamente de una burocracia; de una lentitud
para tomar decisiones y, en muy buena medida, de la corrupción que impera en
los dominios de Diodoro Guerra como en los de Rafael Méndez Salas,
respectivamente titular de educación y líder sindical.
La ineficiencia para designar un director, la corrupción
en el otorgamiento de plazas, como el dejar hacer, dejar pasar, dio lugar que
unos y otros actores de pronto fueran protagonistas de un hecho que, reprobable,
sus consecuencias culminaron con la muerte de un menor, con una causa penal,
con el despido de maestros y maestras, con demandas en contra de la SET y hasta
con un paro de labores en defensa de los derechos laborales.
Un primer acierto de todo gobernante, sea Enrique Peña
Nieto, Egidio Torre Canto o Alejandro Etienne, es la designación de los
colaboradores. Si se hacen en función del nepotismo, del compadrazgo, de la
recomendación, lo más fácil que quien ocupa un cargo no reúna el perfil para el
cargo. A partir de ahí, ya existe un síntoma de desviación a la norma, una
irresponsabilidad. Así empezó todo en la Secundaria 7.
Si hacemos una revisión perfiles de los servidores
públicos es fácil encontrar elementos para establecer que más de uno, debiera
estar en otra responsabilidad. Un
agrónomo en Turismo, un turistologo en análisis político, un abogado como
responsable de un área completamente administrativa y en algunos casos, quienes detentan un
cargo, una responsabilidad pública, ni siquiera concluyeron sus estudios de
preparatoria… pero son, esos si, influyentes, con muchas palancas.
Si hay servidores públicos que no tienen el perfil, ni
experiencia, obvio que detienen, retrasan la operación de sus funciones
públicas, mientras aprenden. A la improvisación, por otra parte, hay que
agregar la naturaleza de la burocracia: múltiples ventanillas con un sinnúmero
de procedimientos, firmas y sellos. El ejemplo más palpable, del que medio
mundo se queja, es de las reglas de operación de los programas del gobierno
federal.
El miércoles pasado en la reunión de “Miércoles de
Alitas” uno de los temas de conversación fue el caso de la Secundaria 7. Una
maestra, familiar del anfitrión, no se aguanto las ganas y explico: en casos
como esos hay un vicio de origen; como los alumnos tienen un seguro medico,
para que funcione, los médicos y enfermeras en buena parte de hechos de esa
naturaleza lo tipifican en sus informes como “accidente”.
¿Cuándo será el día que haya menos nepotismo y
compadrazgo? ¿Cuándo en que se haga lo correcta en toda instancia
gubernamental? Y que, por ende, la burocracia logre cambiar la percepción que
se tiene de ella y se caracterice, vaya pues, por ser eficiente, eficaz, que
cumpla con las expectativas de la sociedad en general y no solo, obvio, de una
burocracia política que con prebendas y privilegios disfruta el dinero del
pueblo… Para que ya no sucedan hechos como el bullying de la Secundaria 7.
Contacto:
Correo: meliton@prodigy.net.mx
Web:
http://meligue.blogspot.mx/
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