La mujer, como ser humano, goza de los mismos derechos
que los hombres. Así, en esa tarea de equidad de género, ya la legislación
tamaulipeca establece que el 50% de las candidaturas tienen que ser para las
mujeres. En este contexto vale la pena recordar lo que, en alguna ocasión,
sobre ese tema han dicho mujeres como Laura Alicia Garza Galindo y Mercedes del
Carmen Guillen: no es cuestión de género, es de capacidad.
Viene a cuento lo anterior porque este fin de semana, las
mujeres priistas, dedicadas en cuerpo y alma a su partido, se mostraron
inquietas por un hecho: se supo, se conoció pues, que habrá cambio en la
dirigencia de las mujeres; el organismo que, a nivel nacional preside Diva
Hadamira Gastelum Bajo. Y que en Tamaulipas preside de manera sustituta Hortensia
Romero Zaleta, de cuando Blanca Anzaldua abandono a las mujeres priistas para
irse de rectora de un instituto educativo.
La historia es la siguiente. Le atribuyen a Héctor
Villegas, uno de los colaboradores de Rafael González Benavides, la información
de que habrá cambios. Se cuenta que vino a Tamaulipas Diva Hadamira Gastelum,
que se reunión con la la elite y se decidió la suerte de Hortensia: que se
cumple el periodo para el que fue electa Blanca y que es necesario el cambio.
Ni la saludo ni le aviso: de ese tamaño es la importancia que le conceden. Asi
se alboroto la gallera.
Hay una realidad: los priistas nunca han votado por sus líderes.
Al menos, no como el PAN y el PRD, que votan de uno en uno los militantes. Así
que, obvio, la elección de la nueva lideresa de las mujeres tamaulipecas, no
será –vaya pues-, de las mujeres; sino una decisión cupular. Quizá por eso, ya
se dice, que vuelve por sus fueros Susana Hernández Flores; como pensando en
que, si se placea, puede ser candidata en el 2015 o en el 16.
Se puede hacer una tipología de mujeres priistas.
ACTIVISTA. Como sería el caso de Guadalupe Perea Almanza,
que se caracteriza por una vida política ligada al PRI pero con una visión de
denuncia, de reclamo, de defensa de los derechos de las mujeres.
INSTITUCIONAL. Aquí entran muchas, casi todas las mujeres
dedicadas a la política, bien puede ser una Chacha de Alejandro, cuya
trayectoria política es indiscutible, o una María Luisa Guerrero, que hace de
las suyas en el PRI de Reynosa.
ELITE. Son quienes, como Susana Hernández Flores,
llegaron al PRI por decisión cupular y si vuelve, si regresa a un puesto
partidista, será por lo mismo: por una decisión de quienes gobiernan.
PAREJAS DEL PODER. Sin la menor duda, en este renglón,
queda perfectamente el caso de Esther Camargo; que inicia su carrera
política-administrativa a la sombra de su cónyuge… han sido pocos los cargos,
pero se le menciona siempre, en cada oportunidad, como aspirante.
GESTORA. La condición básica de todo político, o
política, es ser gestora. Indudablemente que el nombre de Lupita Perea
fácilmente se puede repetir, sin embargo, se puede mencionar el de María
Dolores Terán que fue, precisamente, la responsable de gestión social en la
campaña de Rodolfo Torre Cantú.
TRABAJADORA. Con esta característica aparece, hoy por
hoy, Magnolia Alejandra López Sevilla, la actual lideresa de las mujeres en la
capital tamaulipeca. Su trabajo, su seriedad y responsabilidad, hablan de su
condición de mujer vinculada al trabajo de su partido.
Hay de donde escoger. Aunque, lo más seguro, es que ya
está decidido quien será la nueva lideresa de las mujeres priistas en la
entidad.
Contacto:
Correo: meliton@prodigy.net.mx
Web:
http://meligue.blogspot.mx/
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