Con junio inicia la temporada de huracanes. Al primer huracán
que conocí, o del que tuve noticias, fue al Huracán Ramírez: lo vi en la lucha
libre y claro, de niño, me gustaban ver sus películas. A los huracanes, de
viento, lluvia y fuerza, tuve noción de lo que significaban prácticamente con
el Gilberto, en 1988. El miedo a su fuerza destructora se evidencio en la
capital tamaulipeca: destrozos por todos lados, arboles caídos, carros
destrozados y no se diga casa de madera, de palma.
Un gobierno que se catalogue de comprometido con su
población, tal y como lo hace Egidio Torre Cantú, tiene que desarrollar
acciones de prevención: los tamaulipecos que viven en Matamoros, en San
Fernando, La Pesca, Tampico, Madero, Victoria, Padilla, Güemes, entre otros,
saben perfectamente que, sin prevención, los daños son incalculables y más
cuando se tiene pérdida de vidas humanas.
Un primer paso, que ya se anunció, por parte del gobierno de
Torre Cantú es conocer el nivel de las presas que tiene Tamaulipas: sabemos que
las aguas, son benéficas cuando se les sabe administrar; que los ciclones
permiten que las presas alcancen su nivel al 100%... pero sabemos, también, que
hay unas que ya están hasta el tope. Es el caso, de la Vicente Guerrero, en
Padilla; y la CONAGUA ordeno también el desfogue de la Presa Cerro Prieto de
Linares, N.L.
Año tras año los ciclones nos ponen en aprietos. Tanto a la
autoridad y pone en evidencia, digamos, la cerrazón de algunas familias. Allá,
en el sur, el problema es de infraestructura que limita la administración del
agua del Rio Panuco; y allá mismo, un grave problema son los asentamientos:
sufren los embates del agua y se aferran al terruño, negándose a ser reubicados.
Espero que los alcaldes de la zona centro como son Alejandro
Etienne (Victoria), Francisco Reyes Díaz (Padilla) y Julio López (Güemes) se
pongan las pilas. Ya no pueden hacer infraestructura, pero si iniciar labores
de prevención, como es los albergues; y claro, estar listos para lanzar alertas
a la población. En la medida que cumplen, que están preparados, es como se
pueden evitar pérdidas mayores… y eso, la sociedad, el pueblo, se los agradece.
Todavía recuerdo como, el año pasado, el Rio Purificación en
la parte de Nuevo Padilla estuvo a punto de rebasar el puente: años sin ver
tanta agua. Y en el caso de Güemes, el puente del Ejido El Roble se destruyo en
un 40%, lo bueno es que fue solo la cinta asfáltica y no la estructura del
puente. En Victoria el Rio Purificación agarro agua y el puente de La Moderna
se fue, se lo llevo la corriente.
Yo espero que este año, como todos pues, haya ciclones: se
necesita el agua, para la naturaleza, para la ganadería, para el consumo pues.
Sin embargo, también espero, que Egidio en lo general y cada alcalde en lo
particular, tome las providencias necesarias: la naturaleza arrebata vidas,
pero es más lastimoso saber que fue por la imprudencia de unos y quizá la
irresponsabilidad de más de un servidor público.
Contacto:
Correo: meliton@prodigy.net.mx
Web:
http://meligue.blogspot.mx/
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