Puedo estar equivocado al decir que Rafael Méndez Salas
es, quizá, el político más repudiado en Tamaulipas. Es profesor, es el líder de
la Sección XXX, pero también es diputado federal electo con las siglas del
PANAL. Su solo nombre basta para endilgarle el epíteto de corrupto en razón a
que se lo ha ganado a pulso. Al menos, por todo lo que se conoce de él.
El calificativo de corrupto, se puede decir, no es
gratuito si hacemos caso a todo lo que se ha publicado en su contra; si hacemos
caso, además, a todo lo que se cuenta y se dice en el gremio magisterial, del
cual es parte. La cuestión es que, al llegar al punto de la corrupción, se
tiene que admitir que en la Sección XXX y ahora también en el PANAL, la
corrupción es parte de una costumbre.
La lista de hechos de corrupción nacidos al amparo del
sindicalismo son muchos: la herencia de plazas, la venta de las mismas; el
tener doble plaza y en algunos casos hasta 3; el jubilarse y volver a
recontratarse. Tener un cargo de elección, como el de diputado, y seguir
cobrando las plazas, obvio, sin asistir al núcleo de trabajo. Todo esto, y más,
es lo que convierte a Rafael Méndez Salas en el prototipo de la corrupción.
¿Por qué un profesor vendía su plaza? Porque era una
costumbre hacerlo; porque, un año antes de jubilarse, recibía una plaza más del
sindicato para jubilarse con dos, porque así lo hacían todos. No debe
extrañarnos ahora que Rafael Méndez, su esposa y sus cercanos estén repletos de
horas, de plazas, que se hayan jubilados y estén recontratados como
supervisores, unos solo cobrando.
Esa costumbre de corrupción no es privativa de la sección
XXX o del magisterio. Hay aviadores en la UAT, como también los hay en otras
áreas del gobierno federal o estatal. Hace días, por ejemplo, hice notar como
un aspirante a ser Consejero Electoral tiene tres cargos de tiempo completo… si
los cubre, uno a uno, trabaja 24 horas al día. Porque eso, también ya es un
corrupción por costumbre.
Hace días se conoció que El menchito, miembro de un
cartel del narcotráfico, lo han detenido 4 veces y en tres ha salido libre por
falta de elementos para procesar. Y en un programa de radio explico un experto:
sale porque las autoridades responsables, de la Procuraduría, no hacen, no
integran, el expediente correctamente; porque no siguen el debido proceso. Y
externaba: es una forma de no meterse en problemas, dejando huecos para que
quien viola la ley pueda fácilmente burlarla.
Uno se sorprende por lo que sucede: los diputados hacen,
dicen, buenas leyes; los gobernantes en eventos y ceremonias presumen el
combate a la corrupción, que son transparentes, que todo se hace apegado a la
norma. Y resulta que basta con leer uno u otro periódico y nos damos cuenta que
no se vive la misma realidad. Como explicarlo… y todo, nuevamente, nos lleva a
la corrupción, como centro de todos los males que padecemos.
En fin, volviendo con Rafael Salas ahí tienen que ya
aclaro que se irá a México, a cumplir con su obligación de ser un representante
popular. Y eso, a sus detractores –que no son pocos-, les da gusto. Y claro,
uno que estará contento con que se vaya, que deje el PANAL y a la Sección XXX,
será sin duda Arnulfo Treviño: cada vez
que puede, lo repite una y otra vez, Rafa lo corrió, lo saco del PANAL y no le
cumplió la promesa de hacerlo diputado. Corrupto y traidor.
LO DICE ABREGO, EL TESORERO.
Ya nadie discute que el precio del petróleo, el dólar
caro, entre otras cosas está afectando a nuestra economía y sus efectos no se
pueden negar. En este sentido ya Jorge Abrego Adame, el tesorero estatal, ya
aclaro: no hay despidos, no hay reducción de sueldos y los programas sociales y
educativos no se detendrán. El impacto será, dice, en las obras públicas: se harán
solo las prioritarios…. ¿hay no prioritarias?
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