viernes, 16 de octubre de 2015

FILTRACIONES.

Ahora está de moda que los gobiernos sean abiertos. Política que va en consonancia con eso del acceso y la transparencia de la información. Sin embargo, cada vez hay más evidencias de que en el Gobierno, sea cual fuere su nivel, lo que menos le interesa es precisamente la transparencia. El caso del video filtrado a Carlos Loret de Mola y la decisión de la PGR de investigar y sancionar a quien lo hizo, es la mejor muestra: todo lo quieren ocultar.


Desde tiempo inmemorial los escándalos políticos, que han sido tantos, y tantos, que John B. Thompson escribió un libro titulado “El escándalo político”, con el subtitulo de “Poder y visibilidad en la era de los medios de comunicación”. Y las historias son muchas. Por ejemplo, en Italia en cuantos escándalos se ha visto envuelto Silvio Berlusconi; hoy en día, tenemos presente, el de la FIFA.


Lo cierto, innegable, es que en cada filtración, o en cada escándalo, siempre hay consecuencias, que van desde las políticas, las económicas y hasta del ejercicio o no ejercicio del poder político. Y hay, además, otra verdad incuestionable: las filtraciones siempre salen del mismo lugar, lo hacen descontentos o quienes tienen otro tipo de intereses, sean personales o políticos.


En México han sucedido filtraciones cuyas consecuencias aun se viven hoy en día. Uno muy sonado fue el conocido como “Video Escándalo” en donde una protagonista fue Rosario Robles, como líder del PRD; y por el otro lado, Carlos Ahumada: en el video difundido se vio como, líderes del PRD, recibían dinero del empresario y hasta se lo metían en las bolsas del saco. Carlos fue quien mas consecuencias sufrió: tuvo que irse del país y es fecha de que sigue intentando cobrar los “prestamos”.


Y los tiros, como si fueran de gracia, van para todos lados. El video de los panistas: que después de tener una reunión, se fueron a una casa a festejar con mujeres. Fue tan sonado que provoco la caída de un líder parlamentario. La cuestión, muchos se preguntaron, a quien beneficiaba tal acción… el caso es que se movió el escalafón dentro de los diputados panistas. Y, además, mostraron que los panistas se las gastan igual, o peores, que los de otros partidos, por aquello de la moral y de las buenas costumbres.


El escándalo más sonado, en los últimos meses, sin embargo, aun tiene sus consecuencias: el caso de las casas; que involucro al Presidente Enrique Peña Nieto, a su esposa y a Luis Videgaray, al Secretario de Hacienda. Consecuencias que provocaron, por ejemplo, la salida de Carmen Aristegui de su noticiero en MVS; que provoco conflictos en el Poder Judicial y hasta en uno que otro medio de comunicación. Incluso, se dice, por este hecho, es por el cual Marcelo Ebrard está en el exilio: al ser señalado como quien filtro los datos a la periodista.


La filtración del video de la fuga de El Chapo tiene diversas connotaciones: para unos, fue echarle más leña a la lumbre, obvio, en relación con la política gubernamental de EPN. Lo consideran como una traición; para otros, sin embargo, viene a demostrar como en las alturas, en donde se toman decisiones, con tal de protegerse, no vacilan en ocultar información, en mentir. Unos se protegen, los que ocultan; otros se defienden, los que hacen la filtración.


En todo caso, hay que anotarlo: las filtraciones son positivas: hacen que se descubran corruptelas y complicidades; que se ponga en evidencia la doble moral de los servidores públicos, que en lugar de servir, prefieren servirse; la negación a la política de gobierno abierto en abierta oposición a la línea de transparencia y de acceso a la información. En el caso que nos ocupa, con el video se aprecia más la ineficiencia o corruptela de una parte gubernamental.



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