Más de un hecho político reciente, con motivo del proceso
electoral 2016, dan la razón a Javier del Rey Morato autor de “El juego de los
políticos” que, afirma, es mentir, es engañar. Y el caso más sobresaliente, sin
duda, la encuesta que fue desmentida, que fue tachada de falsa, y que daba a
Francisco Javier García Cabeza de Vaca una considerable ventaja sobre su
adversario priista, sobre Baltazar Hinojosa Ochoa.
Si hacemos un recuento, vamos a encontrar que ese no es
el único caso de mentiras, intento de engañar, de mentir. Y es cuando nos damos
cuenta de cómo hay una tremenda contradicción en el ejercicio de la política:
es el oficio más noble, apoyar a la gente, servir a la comunidad, que ya habla
de una vocación de servicio. ¿Por qué, entonces, para obtener el poder de
servir utilizan mentiras?
En la práctica, estos políticos, solo hacen confirmar lo
que otros, incluso hace muchos siglos, ya sentenciaron: que para obtener el
poder, no importan los medios, incluso en otras épocas, hasta se asesinaban a
los contrarios; y que, entre esos medios, predomina el engaño: engañar al
enemigo, pero también al pueblo, manipularlo, para obtener su apoyo, su voto.
Estoy convencido. La gran mayoría de los políticos
mienten u ocultan datos, información. Sin embargo, en este proceso electoral,
vale recordar lo que ha sucedido en otros, que convierten la publicación de la
encuesta falsa una costumbre de actuar, de operar: Lo hizo Felipe Calderón que
se reunió con banqueros y les dijo que, en la última encuesta que habían hecho,
Josefina Vázquez tenía 4 puntos de ventaja sobre EPN. Nunca mostro la encuesta.
Y para no ir muy lejos, aquí en la capital tamaulipeca,
en la elección anterior lo hizo Arturo Soto: en sus eventos repartían un
volante con datos de una encuesta. En la misma, se hacía notar que él, Arturo,
llevaba una ventaja difícil de rebasar; en segundo lugar estaba Gustavo
Cárdenas y en tercer sitio el candidato priista, Alejandro Etienne. El
resultado final lo conocemos: Arturo fue rebasado hasta por Gustavo y Etienne
se alzo con la Victoria. ¿Ganas de autoengañarse o de solo engañar a los
electores?
Ocultar información es otra forma de mentir. Y eso es lo
que hizo Luis Alberto Saleh Perales cuando acudió a una convocatoria para
integrar el Tribunal Electoral de la entidad. Oculto información que, obvio,
hubieron obstaculizado su llegada al órgano electoral. Mintió sobre sus nexos
con el PAN, porque había sido Secretario de Elecciones y también había sido el
representando del mismo ante el órgano electoral. Así, recuerden, se impidió
que Evaristo Benítez fuera Consejero Electoral.
¿Es verdad o mentira que esta negociada la gubernatura
para el PAN? La verdad o mentira solo se conocerá, digamos, el día de la
elección: por eso, Manlio Fabio Beltrones asegura, contraasegura, que no está
negociada la elección. Y, además, si fuera cierto, no lo confirmaría. ¿Se
imaginan que dijera que si? Se va a ver en los resultados y, en los días
precios a la elección, con la actitud y el comportamiento de los operadores
políticos. ¿Se acuerdan de Cerisola, el secretario de Obras Publicas, que le
llamo a Eugenio para decir agradecer y decirle: ¡se te paso la mano!
Los candidatos no debieran mentir ni hacer afirmaciones
que, a la postre, no garantizan nada: Baltazar asegura que el si sabe hacer las
cosas bien; García Cabeza de Vaca, que dará seguridad a los tamaulipecos,
aunque no dice como; en tanto que Jorge Valdez, el del PRD, ofrece seguridad,
trabajo y transparencia y Gustavo Cárdenas solo ofrece que va a barrer a los
corruptos, que los va a sacar del gobierno.
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