sábado, 16 de abril de 2016

¿PROTESTAR O AGUANTARSE?

Veo, o leo mejor dicho, en las redes sociales un cumulo de expresiones que denotan hartazgo; que no se detienen para hacer notar coraje, digamos, por el estado de cosas que se vive, pero también, porque hay otros ingredientes como la corrupción y la impunidad. Sin embargo, en la práctica, al momento de tomar una decisión, de protestar o de aguantarse, prefieren la segunda.


Uno de mis contactos, por ejemplo, hace días compartió la vía para firmar electrónicamente y solicitar, apoyar, que se disminuyan el número de diputados, especialmente los de representación proporcional. Triste, lamentable, que más de uno de los ciudadanos (as) incluidas lo primero que hicieron fue abandonar el grupo… una, de plano dijo: si se trata de política, no le entro y se salió.


Si revísanos los videos, los audios, o las notas periodísticas de la incipiente campaña política-electoral, observamos un detalle: los candidatos, obvio, contrarios al PRI, se lanzan con todo, enfatizando, la impunidad, la corrupción, el saqueo del presupuesto público. Lo hace  pensando que así van a mover las conciencias, que van a lograr captar el voto de los ciudadanos, sobre todo de los indecisos.


El PRI, en cambio, una y otra vez, por voz de su Presidente Rafael González Benavides como de la Secretaria General Aida Zulema Flores Peña, lo dicen: el candidato Baltazar Hinojosa Ochoa, intentara convencer al electoral, sin necesidad de entrar en un proceso de descalificación. Discurso diametralmente opuesto: más de lo mismo, las mismas promesas, por eso Baltazar afirma que el si hará las cosas bien.


Hay una realidad: la característica del electorado, en este caso tamaulipeco, ha sido de indiferencia ante las cuestiones políticas y electorales. Lo hemos observado en una y otra elección, en donde campea un abstencionismo que promedia o rebasa el 50%.  Y lo constatamos, vaya pues, con el ejercicio de participación ciudadana que hizo mi contacto en el facebook: prefieren salirse y, hasta reiteran, si se trata de política, menos.


Convencer, dice Baltazar. La cuestión es que el PRI, como partido, sigue usando la misma estrategia: las listas de promovidos, que es un autoengaño; las cabalgatas a las cuales acuden, solo los que tienen caballos, ¿Cuál será el el mensaje? Que el candidato sabe montar a caballo; eventos en donde se repite el mismo discurso, de años y de otras campañas. El PRI, bien que sabe, tiene un voto duro que en cada elección es menos… y no logra convencer a las nuevas generaciones.


Y la población, en sus distintos núcleos, poco a poco va avanzando en una dirección: que sus derechos solo pueden ser protegidos en la medida que los defienden. Ahí tienen el ejemplo de las enfermeras: protestaron, hicieron plantones, reclamaron protección a sus derechos laborales, y ya les respondieron: basificación para 2600 y quedaran pendientes, cuentan, solo 370 para el próximo gobernador. El Estado no esta acostumbrado, digamos, a satisfacer las garantías constituciones motu proprio, hasta que se las demandan, se las exigen.


Y en el caso de los gobiernos, de los servidores públicos, la única manera de cambiar el estado de cosas, es participando, votando, porque en la práctica, al votar un promedio del 50% de los electores, hemos tenido gobiernos deslegitimados, porque los elige una minoría. Sueño electoral: que un día pidan, para ganar, 50 más el 1% de la votación emitida aunque fuera en una segunda vuelta electoral.



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