Veo, o leo mejor dicho, en las redes sociales un cumulo
de expresiones que denotan hartazgo; que no se detienen para hacer notar
coraje, digamos, por el estado de cosas que se vive, pero también, porque hay
otros ingredientes como la corrupción y la impunidad. Sin embargo, en la práctica,
al momento de tomar una decisión, de protestar o de aguantarse, prefieren la
segunda.
Uno de mis contactos, por ejemplo, hace días compartió la
vía para firmar electrónicamente y solicitar, apoyar, que se disminuyan el número
de diputados, especialmente los de representación proporcional. Triste,
lamentable, que más de uno de los ciudadanos (as) incluidas lo primero que
hicieron fue abandonar el grupo… una, de plano dijo: si se trata de política,
no le entro y se salió.
Si revísanos los videos, los audios, o las notas
periodísticas de la incipiente campaña política-electoral, observamos un
detalle: los candidatos, obvio, contrarios al PRI, se lanzan con todo,
enfatizando, la impunidad, la corrupción, el saqueo del presupuesto público. Lo
hace pensando que así van a mover las
conciencias, que van a lograr captar el voto de los ciudadanos, sobre todo de
los indecisos.
El PRI, en cambio, una y otra vez, por voz de su
Presidente Rafael González Benavides como de la Secretaria General Aida Zulema
Flores Peña, lo dicen: el candidato Baltazar Hinojosa Ochoa, intentara
convencer al electoral, sin necesidad de entrar en un proceso de
descalificación. Discurso diametralmente opuesto: más de lo mismo, las mismas
promesas, por eso Baltazar afirma que el si hará las cosas bien.
Hay una realidad: la característica del electorado, en
este caso tamaulipeco, ha sido de indiferencia ante las cuestiones políticas y
electorales. Lo hemos observado en una y otra elección, en donde campea un abstencionismo
que promedia o rebasa el 50%. Y lo
constatamos, vaya pues, con el ejercicio de participación ciudadana que hizo mi
contacto en el facebook: prefieren salirse y, hasta reiteran, si se trata de
política, menos.
Convencer, dice Baltazar. La cuestión es que el PRI, como
partido, sigue usando la misma estrategia: las listas de promovidos, que es un
autoengaño; las cabalgatas a las cuales acuden, solo los que tienen caballos,
¿Cuál será el el mensaje? Que el candidato sabe montar a caballo; eventos en
donde se repite el mismo discurso, de años y de otras campañas. El PRI, bien
que sabe, tiene un voto duro que en cada elección es menos… y no logra
convencer a las nuevas generaciones.
Y la población, en sus distintos núcleos, poco a poco va
avanzando en una dirección: que sus derechos solo pueden ser protegidos en la
medida que los defienden. Ahí tienen el ejemplo de las enfermeras: protestaron,
hicieron plantones, reclamaron protección a sus derechos laborales, y ya les
respondieron: basificación para 2600 y quedaran pendientes, cuentan, solo 370
para el próximo gobernador. El Estado no esta acostumbrado, digamos, a
satisfacer las garantías constituciones motu proprio, hasta que se las
demandan, se las exigen.
Y en el caso de los gobiernos, de los servidores
públicos, la única manera de cambiar el estado de cosas, es participando,
votando, porque en la práctica, al votar un promedio del 50% de los electores,
hemos tenido gobiernos deslegitimados, porque los elige una minoría. Sueño
electoral: que un día pidan, para ganar, 50 más el 1% de la votación emitida
aunque fuera en una segunda vuelta electoral.
Comentarios: meligue@prodigy.net.mx
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