Como si fueran hechos sincronizados se conoce la renuncia
(no cese) de Luis Videgaray a la Secretaria de Hacienda y la entrega del
paquete económico para el año 2017; mismo que tiene un recorte de 239 mil
millones de pesos (obvio, en relación al año anterior) y en el caso específico
de Tamaulipas afecta, tan solo en carreteras, un monto de 300 millones de
pesos. Falta conocer el resto del paquete.
Con esta premisa es como debemos observar dos eventos en
el ámbito del PAN. Uno, donde Ricardo Anaya se reunió con los gobernadores de
su partido y, se filtra, que estos reclaman que sea el líder partidista el
único interlocutor con el gobierno federal en relación con los apoyos e
inversiones en las entidades. Anunciaron los gobernadores, simplemente, que se
van a mover, van a cabildear.
En esa coyuntura se da la reunión que el gobernador
electo Francisco Javier García tiene con los diputados federales, con el grupo
parlamentario, precisamente para unificar criterios, rutas y gestiones. El
propósito, sin la menor duda, es que en el negociación, en el estira y afloje,
vean y luchen por la entidad, por Tamaulipas. Unidos, obvio, pueden lograr más
para Tamaulipas.
FORTALECER LA BASE.
Con nuevas formas, olvidándose de contrarios, de
confrontación democrática, los panistas tamaulipecos ya tienen nuevos
dirigentes estatales: Francisco Elizondo Salazar e Ismael García Cabeza de
Vaca, respectivamente, Presidente y Secretario General. Se va Cesar Verástegui,
mejor conocido como el Truco, enarbolando la bandera de haber sido el artífice
de la alternancia política en la entidad. Dicen, si, que será el próximo
Secretario General de Gobierno.
Ya ungido como nuevo líder Francisco Elizondo en su
mensaje fue claro y contundente al establecer la pauta para lo que será su
trabajo partidista. En principio dijo, que como líder partidista, tiene la
obligación de apoyar con todo al gobierno; y, ojala y lo cumpla, señalo que
serán críticos con aquellos servidores públicos que no estén a la altura de las
circunstancia. Criticara a los malos servidores; algo que el PRI nunca quiso
hacer.
Y tiene bien puestos los pies sobre la cabeza. Hace notar
que para el 2018 aún falta tiempo y que, por eso, su primera tarea será
establecer contacto con la base militante; fortalecerla. Y es que, en la práctica,
se entiende: se tienen que preparar para la guerra, preparar el terreno,
estimular a la base militante, y así llegar cohesionados a los próximos
comicios… que serán, no lo olviden, federales, pero con elección de alcaldes y
de diputados locales.
ELPRI NO LA TIENE FACIL.
En la acera del frente, en el PRI, aún siguen haciendo
reuniones de análisis y los lideres, en este caso, Rafael González Benavides
como Aida Zulema Flores, no tienen prisa en irse… esperan que se los ordenen
del CEN. Y es en esa coyuntura, como Alejandro Guevara Cobos, que se muere por
ser el próximo líder estatal, hace notar que el PRI, su partido, no la tiene
nada fácil.
Y no puede tenerla: baste observar lo que ha sucedido en
otras entidades federativas donde, incluso, la alternancia llego casi para
quedarse. Unas llevan hasta tres periodos gubernamentales, otras han durado
cuando menos dos. Eso significa que, la próxima elección de gobernador, si los
priistas no se ponen las pilas… volverán a perder. Obvio, no es una regla, pero
es un dato histórico.
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