Conozco de hace muchos años a Óscar Almaraz, el
Presidente Municipal electo de la capital. Conozco, pues, su deseo o ambición
política de gobernar a su pueblo, tal y como muchos lo sueñan. Como políticos
profesionales, con una planeación y objetivos firmes, luchan y trabajan por su
sueño. En el caso de Óscar, el voto popular lo favoreció para llegar a su meta.
¿Cuáles son las expectativas?
Si, cuales son las expectativas que tiene Óscar Almaraz
para hacer en la capital un gobierno que, por decir, le permita reelegirse y
estar en el gobierno municipal por tres años más. En este sentido, es preciso
recordar, o puntualizar dos o tres factores que siempre han sido determinantes
al momento de presidir el gobierno municipal capitalino. Basta con recordar los
alcaldes.
Alejandro Etienne, Miguel González Salum y Arturo Diez Gutiérrez.
En principio, como alguna vez lo pontifico Tito Reséndez Treviño en su
condición de expresidente Municipal: para gobernar a la capital, dijo, es
necesario, determinante, que quien tenga esa tarea sea amigo del gobernador en
turno. Y efectivamente, así sucedió con Miguel y Arturo, que lo fueron de
Eugenio en tanto que Alejandro lo fue de Egidio Torre Cantú.
Esa primera condición, en este caso, no la reúne Óscar
Almaraz Smer. No la reúne, en principio, porque Almaraz tiene el cobijo del
Partido Revolucionario Institucional en tanto que el gobernador (Francisco
Javier García Cabeza de Vaca) lo es del Partido Acción Nacional. Diametralmente
opuestos en ideología, en plataforma político-electoral… aunque, eso sí,
coincidentes en un pragmatismo político.
Y el caso de Óscar Almaraz se torna aún más complicado
por otra razón: el descuido y destrozo en que esta la capital es tanta que, uno
no se explica, porque sus antecesores, digamos los que hemos mencionado, con
todo y que fueron amigos del gobernador en turno, no fueron capaces de darle a
la capital un rostro de más y mejor desarrollo, de mayor competitividad, como
de paz y tranquilidad social.
Si el Presidente
teniendo como amigo al gobernador en turno, no logro metas cuantitativas
y cualitativas de superación y desarrollo, como pensar, si, que quien tiene en
su patio a un enemigo partidista puede lograrlo. Y es que, eso de que el
gobernador gobierna para todos; o de que, ya hable con el gobernador y vamos a
trabajar juntos, no pasa de ser simple retorica: en el quehacer de gobernar, lo
que cuenta, son los hechos y no las promesas o simple palabrería.
Para darnos una idea de cómo está la capital, basta
mencionar que en el presupuesto federal se pide asignar recursos a 60
localidades con pobreza urbana, entre ellas Cd. Victoria. En ellas se
identifican Áreas Geoestadísticas Básicas Urbanas; cada una agrupa de 25 a 50
manzanas. Y en este caso, solo en Victoria se ubican a 40 AGEBS, lo que da una
idea de la magnitud o el grado de pobreza urbana… muy distinta, digamos, a la
pobreza extrema o de grupos vulnerables.
La mejor prueba de que la capital no tendrá, digamos, la
atención que merece de parte del próximo gobierno estatal, está en lo que se ha
filtrado a los medios de comunicación de parte del equipo de transición: 1) La
descentralización de la administración pública, llevándose la matriz de
Desarrollo Económico, Desarrollo Agropecuario, de Turismo, de Trabajo, entre
otras, a otras ciudades; y, 2) A que Francisco Javier García Cabeza de Vaca, hará
un gobierno itinerante, es decir, ni siquiera va a despachar en la capital.
Creo que Óscar, para hacer un buen papel, necesitara,
algo más que talento y si buena suerte.
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