Hace días Manlio Fabio Beltrones, el exsenador, ex líder
del PRI nacional, entre otras cosas, puntualizo sobre su vida: afirmo que es, y
seguirá siendo, un político. Efectivamente, su vida, su biografía política, lo
pinta como un verdadero político. Y siempre se ha dicho: un político, lo es,
porque sirve a la comunidad, no porque se sirva, se beneficie o se aproveche de
sus cargos políticos y administrativos.
Me pregunto, ¿el PRI tiene, ha tenido pues, políticos?
Si, políticos así como se define: personas que tienen una vocación de servicio;
que hacen una carrera política, por sus propios méritos, no de otros o por la
fortuna. Y el repaso puede ser interesante, si partimos de algunos ejemplos
históricos. Claro, ninguno como el de Emilio Portes Gil, que hizo nombre,
historia y hasta forjo un grupo.
LOS EXGOBERNADORES.
Américo Villarreal, sin etiquetarlo como bueno o malo,
hizo carrera como técnico. Y fue gobernador del Estado; Emilio Martínez
Manautou, fue político, que llego al poder en Tamaulipas cuando ambiciono otros
niveles de poder, como que no le interesaba. Muy distinto, por ejemplo, los
casos de Manuel Cavazos Lerma y de Tomas Yarringtón: buscaron y lograron tener
poder político.
Eugenio Hernández Flores fue alcalde, diputado federal y
gobernador. Pero, antes de ocupar su primer cargo, era un constructor. De él,
en la práctica, se tiene que decir que todo se lo debe a su manager, en este
caso, a Yarringtón: y por lo forma en que gobernó, da la impresión que lo hizo
como un constructor, un hombre de negocios, teniendo puesta la mira en las
ganancias.
En tanto que Egidio Torre Cantú, por sus antecedentes
políticos, se puede asegurar que no fue un político nato; en ambos casos, el de
la alcaldía y de la gubernatura, no llego porque luchara o peleara por esas
posiciones: la suerte y la desgracia familiar fueron los motores que lo
llevaron a ocupar cargos políticos, de servir a la comunidad. Se entiende que
su forma de gobernar, fue lo que provoco la estrepitosa derrota el 5 de junio.
POLITICOS DE OCASIÓN.
Si hacemos un repaso, digamos hacia abajo, de quienes han
ejercido el poder, encontramos una constante: el político profesional no
aparece. Eso sí, aparecen políticos que ocupan cargos, porque llevan el sello
de un grupo en el poder, en este caso sexenal, de quien ocupa el cargo de
gobernador: ¿Susana Hernández y Carlos Morris, por ejemplo, son político
profesionales o por la coyuntura filial?
Esa es, sin la menor duda, el caso de Aida Zulema Flores,
la encargada del despacho en el PRI estatal. Llego a la diputación local, como
a la Secretaria General del PRI estatal, sin tener una vida de trabajo
político. De ahí, que hoy en día como líder priista, sea una más que, como
burócrata, el PRI se vea pasivo, sin vida.
POLITICOS SIN VALORES E IDEOLOGIA.
Humberto Valdez, mejor conocido como Betico, debe su vida
política a Tomas Yarringtón. Al PRI. Es actualmente el líder del movimiento
territorial y, ahora que el PRI, es un huérfano del poder, despotrica en contra
de su partido: que no le dan recursos y que tiene que gastar de su bolsa. Pidió
auditorias, alegando que se gastan el dinero, que Aida Zulema hasta se duplico
el sueldo.
Betico solo despotrica, pero otros prefieren abandonar el
barco. Como fue el caso de Rigoberto Rodríguez Rangel, que ahora está convertido
en el líder del Partido Encuentro Social; o como Eduardo Gattas, que se fue a
Morena, porque no estaba a gusto en el PRI, del cual fue candidato a una
diputación local y perdió… Y como ellos, hay otros, que brincan en busca de una
ganancia política y económica.
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