Mañana, si no hay contingencias, un buen número de
ciudadanos, entre expertos y no expertos, van a dialogar sobre “Reconocimiento
del Déficit Democrático”. Y es que, ni como dudar, o negar, que hay déficit
democrático: en la elección, la última del Estado de México, hubo un 53% de
participación ciudadana. Significa, llanamente, que una minoría fue la que decidió
quien los gobernara los próximos 6 años.
La verdad es que ese déficit es un problema a nivel
nacional, aquí mismo en Tamaulipas, también se anda por los mismos niveles de
participación. Así, de manera simple, se puede decir que ese nivel es,
sencillamente, el fracaso del sistema de partidos, como de los órganos
electorales, que machacan y machacan, antes y después de elecciones, que
ejercitemos nuestro derecho a votar.
INVITACION A PARTICIPAR.
El vocal ejecutivo de la 05 Junta Distrital Ejecutiva,
Juan de Dios Álvarez Ortiz, con anticipación giro las invitaciones de rigor,
haciendo notar la mesa de dialogo tiene tres objetivos específicos: reflexionar
sobre la debilidad de la cultura democrática y la precariedad de la
participación ciudadana, difundir y promover el conocimiento, así como promover
la interlocución y deliberación entre la ciudadanía.
El dialogo se realizara el 21 de junio de 2017, en la
Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano, con
una duración de 8 horas (de 10 a 18 horas) y se desarrollara de acuerdo a los
principios de: respeto, empatía y apertura; transparencia, verdad, aprendizaje,
inclusión, apropiación compartida, tolerancia, flexibilidad, equidad y
construcción de acuerdos.
TIPOS DE VOTOS.
Para entender, en serio, porque los ciudadanos no votan, primero
hay que entender las razones y motivos por los cuales ejercen su derecho a
votar ese, digamos 50% en promedio, de los mexicanos, o tamaulipecos, que salen
a votar el día de las elecciones. El tipo de voto más conocido es el duro: que
significa la identificación o pertenencia del ciudadano a un partido político,
en este caso, por años el voto duro favoreció al PRI, hoy este disminuye y
aparece otro: el voto de castigo, que se hace en virtud de estar decepcionados,
hartos, de un sistema de corrupción.
Por otra parte, buena parte de la oposición –digamos al
PRI- apunta, enfatiza, reitera, acusa, que la mayor parte de los votos que
obtiene, en este caso el PRI, son votos comprados: que por una despensa, que
por dinero el día de la elección, por una tarjeta de crédito. Si esto es
cierto, lo haga uno u otro partido, es lo que ayuda en cierta medida a que haya
mayor número de votos… si no, obvio, fueran muchos menos.
¿POR QUE NO VOTA EL CIUDADANO?
Si los candidatos, si los políticos, si los funcionarios
del INE o el IETAM, se dan una vuelta por la plaza, por el mercado, se ponen a
conversar con el bolero, con el que vende las paletas o con el señor, o señora,
o el joven, que está en la banca, y le preguntan, si tienen credencial para
votar, si hay votado, les van a decir: la credencial se usa para identificarse
y que no votan, que nunca han votado, porque todos son iguales de corruptos,
rateros, sinvergüenzas, abusivos, etc.
Siempre nos han dicho que la opinión pública es
percepción: ¿Cómo percibe la gente, los que votan, al candidato, al líder? Y
entonces resulta que el problema es de credibilidad: los ciudadanos van a salir
a votar cuando, en serio, tengan una percepción de honestidad, de
responsabilidad, de trabajo, de congruencia del candidato; porque si tiene fama
de demagogo, de prometer y no cumplir, de corrupto y sinvergüenza… para que
votar, dicen, si son los mismos… y es que los hechos, de hoy y siempre, les dan
la razón: gobiernan corruptos.
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