jueves, 22 de junio de 2017

LAS RENUNCIAS.

Desde el fin de semana, hasta este lunes o martes, el tema de moda fue la presunta renuncia de Gonzalo Alemán Mingliolo a la Secretaria de Desarrollo Rural. Se manejó en portales y algunos reporteros lo asentaron en sus muros del Facebook. Ya, sin embargo, se puntualizó que no hubo nada, dicen unos, que la renuncia fue real, pero no aceptada. Ya con él hubieran sido tres los que abandonaban el barco de los vientos de cambio.


En realidad han sido más de tres renuncias. Unos se han ido, sin hacer tanto ruido, simple y sencillamente porque no les gusta la inseguridad; otros, alegaron, que no les dieron lo que les prometieron, de sueldo y compensación, además de prerrogativas y prebendas públicas. Lo cierto es que, una renuncia, siempre crea suspicacias, hace ruido.


¿POR QUE HAY RENUNCIAS?
La primera explicación, la más obvia, es que una renuncia es provocada por la falta de cohesión o unidad en torno a quien gobierna, sea el gobernador, el alcalde o el Presidente de la Republica. Y es que, entiéndase, en principio todos llegan en aras de unos objetivos de gobernar, independientemente de los objetivos particulares de unos y otros. La cuestión, entonces, es como se integra el gabinete.


El gobernante no sigue la recomendación maquiavélica de integrar a los mejores. En principio, en tanto que puede, busca colocar a sus amigos (no a familiares, porque seria nepotismo), sin embargo, la certeza es que buena parte de los colaboradores son recomendaciones de quienes aportaron a la campaña (compran cargos) o de quienes tienen peso, influencia política, dentro del partido o el escenario político.


¿PORQUE ALGUIEN RENUNCIA?
En la práctica, en el gobierno actual, se han dado dos renuncias: la de Lidia Madero y la de Gabriela García, aunque la de esta última fue con ciertas caracterizas, prácticamente, un enroque… y que, por cierto, hasta la fecha no se ha nombrado al nuevo titular de la Secretaria de Finanzas, quizá por eso, en estos días, también se filtró que Arturo Soto había presentado su renuncia, tal y como lo hizo Gonzalo Alemán.


Es obvio que una renuncia a una Secretaria, como fue la de Lidia Madero, es por falta de unidad interna: estaba incomoda, no la dejaban trabajar, no le hacían caso. Fue, sin duda, lo mismo que sucedió con Gonzalo Alemán: a Lidia la dejaron ir, quizá por temor a que creciera políticamente; en cambio, a Gonzalo, prefieren conservarlo y, en todo caso, los que estorbaban ya debieron leerles la cartilla.


LINEA DE AUTORIDAD.
En más de una secretaria, a veces, los empleados mismos se dan cuenta de una situación extraordinaria: que un Subsecretario, o un director, cada vez que hay un caso fuerte, ni caso le hacen al Secretario, deciden y siempre que pueden acuden a su relación o amistad con e gobernador. Sucede así, por una simple razón: quien gana una elección siempre tiene que cumplir mil compromisos, eso conlleva a que hay Secretarios que ni siquiera conocían a los subsecretarios, incluso ni a directores, se los imponen por decisión y peso político. Y, obvio, los que tienen o se sienten pesados, ni pelan al Secretario… Por eso, ni se duda, la salida de Lidia y la presunta renuncia de Gonzalo Alemán.


Otro punto de porque, en ocasiones hay determinadas renuncias, es por la interpretación que se le da a valores tan específicos como la lealtad y la obediencia: cuando les piden que hagan o autoricen algo que va en contra de la ley y hasta de los principios de honestidad. Prefieren renunciar a ser cómplices, aunque este tipo de hechos o situaciones coyunturales pocas veces se da. La mayoría prefieren callar, ser cómplices por omisión o con plena conciencia.


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