jueves, 18 de septiembre de 2014

ENSEÑANZAS DE LA NATURALEZA.

Día con día, con el avance de la ciencia y la técnica, aprendemos a conocer a la madre naturaleza; tanto que, unos y otros, nos insisten en que debemos cuidarla. Y de manera cíclica nos presenta sus fenómenos, sus variaciones climáticas y entornos, y en cuando por lo regular nos acordamos que, como seres humanos, que nuestros gobernantes, no hacen lo correcto o lo necesario.


Es claro, evidente, que en épocas de sequia se padecer la falta de agua en el campo (con las siembras y el ganado) y en la ciudad, para su consumo y su uso diario en las distintas labores de la casa, del comercio o de la industria. Y cuando hay agua, mucha lluvia por ciclones o tormentas, los efectos son variados: más aquellos que causan daños materiales y hasta pérdida de la vida.


Victoria, mi ciudad Victoria, está viviendo momentos críticos. Claro, no todos los sectores, pero aquellos más vulnerables sufren las consecuencias de la lluvia; imposible no mencionar a los habitantes de las colonias afectados por el derrumbe del puente de La Moderna: mismos que, este martes, no aguantaron y se manifestaron. Es normal: la gente tiene un límite en la medida que son afectados y que ven, vaya pues, como los servidores públicos son más proclives a una fotografía, para iniciar una obra, y no para hacerla bien.


Este miércoles los medios de comunicación capitalina (El Diario y Expreso) con reportajes dieron cuenta del enojo, del malestar y el reclamo de atención: están incomunicados, se afecta el ir al trabajo, a la escuela. Y el gobierno, vía René Salinas Treviño de SEDUMA, informa que este año se habrá de iniciar la obra, para concluirla el próximo año… se entiende que para antes de que inicien la temporada de lluvias.


La cuestión es que, da la impresión, hay irresponsabilidad en el sector publico: el vado en cuestión no es la primera vez que se derrumba con el agua; lo reconstruyeron y, da la impresión, lo hicieron exactamente igual, si, igual al que se cayó, por eso volvió a suceder. ¿Acaso no hay, en obras públicas, expertos en resistencias, que haga cálculos y se le proporcione mayor resistencia. Por eso, como bien dicen, el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra.


Cada año sucede lo mismo en época de lluvias. Nos acordamos del alcalde porque los baches, del año pasado, vuelven a salir y son mas o están más grandes; de que no se limpiaron los drenes pluviales porque de nueva cuenta hay inundaciones; de que, en donde hay vados, sigue la inseguridad por la fuerza del agua y que, vaya pues, nuestros gobernantes siguen como si nada… eso sí, con informes, boletines y mas, explicando que todo está bien y que se avanza, se consolidan las condiciones de bienestar social de la población.


La realidad es solo una: el ser humano, en lo particular, la sociedad y los gobernantes en lo general, ha mostrado incapacidad de entender a la naturaleza; para eso sirve la ciencia y la tecnología. Sin embargo, somos proclives a la irresponsabilidad, al ahí se va, nos olvidamos de la prevención, de la sustentabilidad en el desarrollo. Destruimos a la naturaleza y, como no aprendemos a cuidarnos de ella, pues hace de las suyas, para dolor de la población, beneplácito de los que hacen negocios con las obras y servicios públicos y, claro, de los servidores públicos que coludidos hacen negocios también.


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Web: http://meligue.blogspot.mx/




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