En los últimos días los medios
de comunicación han dado cuenta de casos que riñen con la ética y los valores
que los servidores públicos deben de poseer y de evidenciar. El caso de los
helicópteros, tanto del PRD como de quien fuera director general de CONAGUA, evidencia
como en México el sistema de botín político en que esta convertida la
administración pública persiste.
Parece mentira: con más de 30
años de que apareció la Contraloría, recuerdan en tiempos de Miguel de la
Madrid, ha sido imposible generar una conducta de orden, de responsabilidad, de
honestidad entre los servidores públicos. Da la impresión que eso de la
contraloría social, del acceso y la transparencia de la información, no ha
calado nada: siguen igual, pensando que son dueños del puesto, que son sus
beneficiarios con todo y prerrogativas.
El caso de David Korenfeld, de
usar un helicóptero oficial para ir con su familia al aeropuerto, no puede ser
un caso aislado: debe haber, en el gobierno y en sus tres niveles, servidores
públicos (hombres y mujeres) que en más de una ocasión se han aprovechado del
cargo, que han abusado y usado los recursos a su disposición en forma personal.
Todo, entiéndase, es producto y consecuencia de la proliferación de la
corrupción.
Servidores públicos con vehículos
asignados que los usan para asuntos de familia, como llevar a los niños a la
escuela; tener en nomina, por así decir, al jardinero y hasta a la sirvienta de
la casa e, incluso, en algunos casos negocian que la esposa sea también parte
del presupuesto. Y todo esto, a la larga, conlleva a una cadena de hechos, que
tienen que ver con la ética y los valores de que, no es por nada, pero carecen
buena parte de los servidores públicos.
Un tema que medio mundo habla,
pero no todos le entran a resolver, parte de la corrupción, es el de los
“aviadores”. Se conocen casos, por ejemplo, de aviadores en instituciones
públicas que, cuando hay una limpia, se les da de baja y lo primero que hacen es demandar y lo peor, a
veces hasta ganan las demandas. Cuentan
que de eso, algo sabe más de un contralor, un director jurídico y hasta
un rector.
Korenfeld en descargo se
disculpo y hasta repitió una y otra vez: que solo fue una sola vez. Pero lo
hizo y trasgredió la ley. En el caso de los perredistas que contrataron un helicóptero
para ir a un evento, a un mitin, no se está abusando, pero muestran que no les
importa despilfarrar el dinero que reciben del erario público.
México no puede avanzar en la
construcción de un mejor país en tanto continúen las mismas prácticas: la
corrupción, la impunidad, el aprovecharse de los cargos públicos, el traficar
con la influencia, el beneficiarse con la adjudicación de obras y contratos de
construcción. Los negocios de familia y amigos de los gobernantes es cosa
común, como si dijeran: no me des, solo dame oportunidad y del resto yo me
encargo.
El discurso de anticorrupción,
de transparencia y acceso a la información, la protección de los derechos
humanos son parte de una retorica que ya no hace mella en la población: no hay
congruencia en lo que dicen con lo que hacen. La credibilidad de quienes nos
gobiernan cada vez es menos: la ética y los valores de los servidores públicos
están en entredicho con cada una de las acciones de corrupción que ejecutan.
Y estamos en campañas políticas:
cada cloaca que se destapa de corrupción, de malos servidores públicos, abona a
una postura: de no votar, porque gobernantes, incluidos legisladores, de los
tres niveles de gobierno son todos iguales, no cambian: se olvidan del pueblo,
de sus necesidades y problemas.
Contacto:
Correo: meliton@prodigy.net.mx
Web: http://meligue.blogspot.mx/
Twitter: @melitonguevara
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