Hoy volví a la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Fui a
la Facultad de Enfermería, esa que dirige la Dra. Ma. de Jesús Nieto Ledezma.
Una joven, familiar, de origen tulteco llego para iniciar el trámite de su
ingreso. Y por las noticias periodísticas de hace días, llego con la idea, el
pensamiento, de que probablemente no alcanzaría ficha. Con todo y que,
oportunamente, por investigaciones propias, le asegure que no habría problemas.
Y fue una cita muy agradable porque me permitió conocer
de la sensibilidad como de la organización que prevalece en esa Institución.
Elementos que, sin duda, nacen de la naturaleza y estructura del pensamiento
vocacional de quienes ejercen la medicina. Actitudes, comportamiento y acciones
que hablan muy bien de la Universidad.
ACAMPAR EN EL CAMPUS.
Me sorprendió una nota informativa de la semana pasada. Hacía
mención a que en las afueras del edificio de la Facultad de Enfermería había,
aproximadamente, 300 personas haciendo fila, que ya llevaban ahí, una noche.
Todo empezó el lunes por la noche: eran padres de familia y jóvenes, hombres y
mujeres, que se arriesgaban por asegurar una ficha para presentar el examen de
admisión.
Me sorprendió porque, la verdad, pensé que esto ya no sucedía.
Cuando leí la nota, de inmediato, fiel a mi practica de investigar, hice dos
que tres llamadas telefónicas y las noticias calmaron a los padres de la
familia tulteca: no hay necesidad, me dijeron, de hacer eso, se cuenta con
suficientes fichas, hay para todos… me aseguraron que, año tras año, siempre la
demanda es en promedio la misma. ¡Qué alivio!
ORGANIZACIÓN CIUDADANA.
Llegue a eso de las 9.30 am a la facultad. Y lo primero
que hice fue recorrer la fila, había como 350 personas o más, desde la entrada
hasta el final. Y vaya, si, vaya, que me encontré conocidos y familiares. Una
exalumna de Relaciones Publicas, estaba ahí con su hija, emocionada; también
estaba mi primo Abelardo, de Padilla, con su hija Alejandra. Y fue el, quien me
conto detalles de lo que sucedió la semana pasada.
Llegaron desde el lunes por la noche, ahí pernoctaron. Y
al ver que la fila crecía y crecía se organizaron en grupos de 35, para cuidar
y proteger el lugar; hicieron listas y hasta acordaron rentar letrinas móviles.
Dieron muestras, los padres de familia, de una capacidad de tolerancia,
participación y solidaridad. Eso habla bien, muy bien, de todos. Sabían lo que
deseaban y querían todo en orden.
SENSIBILDAD Y ORGAZACIÓN.
Y a eso de las 14 horas, ante el inclemente del sol, vino
una maestra, colaboradora de la Directora que los escucho y les planteo hacer
una lista, para que ya no estuvieran ahí, garantizándoles el respecto a la misma.
Creyeron en ella, se anotaron y ya no sufrieron de las inclemencias del tiempo.
Y este lunes 22, cuando se recepcionan documentos, todo fue en orden y en
calma, se observó pues sensibilidad inicial y organización eficiente al final.
Les cuento que la fila fue larga y en punto de las 9 am,
como les dijeron, el guardia con lista en mano dio el pase a grupos de 50
jóvenes: que conducidos a un salón, recibieron explicaciones, la ficha para
hacer los pagos, así como fecha y hora para que entreguen sus documentos.
HACER BIEN LAS COSAS.
Me da gusto, mucho, que haya jóvenes que aspiren a
estudiar; que haya padres que están dispuestos a brindarles su apoyo; pero
también, efectivamente, que haya autoridades universitarias con sensibilidad y
organización: evitaron que acamparan prácticamente una semana entera; y, al
momento de entregar fichas, fue una espera menor 2 horas y 30 minutos. Eso es
cumplir con la tarea y, además, hacerla bien.
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