Ya falta menos meses para que inicie el proceso electoral
del 2018: el banderazo de salida será el dia 8 de septiembre; sin embargo, ya
para los partidos políticos en la práctica ya empezó, desde hace buen rato…
Todos sabemos que AMLO será el candidato de MORENA; y que en el PAN hay tres
precandidatos (Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle). Del PRI,
la verdad no se sabe nada, menos del PRD.
Para muchos la elección del 2017 será crucial para más de
un partido político: el PRI, por ejemplo, puede volver a perder la Presidencia
de la Republica; el PAN puede volver a disfrutar de ese ejercicio del poder, en
tanto que puede ser, dicen, la oportunidad de oro para que AMLO al fin pueda
ser llamado señor Presidente: sea lo que sea, se da por descontado, que es
difícil que el PRI retenga tal posición.
IMPOSICION DE CANDIDATOS.
No es decir mentiras, si afirmamos que todos, pero todos
los partidos políticos, sin excepción han practicado la imposición de
candidatos. El que tiene una mayor trayectoria, en ese sentido, es el PRI: toda
su vida revolucionaria, diríamos hasta la primera alternancia en la presidencia
de la república, fue de imposiciones desde síndicos, regidores, gobernadores,
diputados locales, federales, gobernadores, senadores y hasta del Presidente de
la Republica.
Hay historias de cómo, en el PRI, la imposición se
convirtió en una burda maniobra: en un tiempo, decían, el delegado del PRI
hacia una auscultación y luego, el líder del Partido, anunciaba: el partido ha
decidido que su mejor candidato (a) es… y se venía todo un proceso que se
conoce como “la cargada”. El PRI, la izquierda y la derecha, imponen una y otra
vez a sus candidatos.
DECISION LOCAL PARA EL 2018.
Ya lo dijeron los líderes de los partidos políticos: no
van a permitir que haya imposiciones para la elección del 2018. Quizá en el
caso del PRI, se retome con mayor seriedad las imposiciones centralistas,
cuando al interior no hay líder, no hay línea, no hay alguien que cohesione las
inquietudes de unos y otros. Incluso, recuérdese, en la elección a gobernador
hasta MORENA impuso como su candidato a Héctor Garza González, causando furor y
enojo interno.
Hasta el PAN, pese a lo que diga Francisco Elizondo
Salazar, ha tenido o tiene mejor dicho, su mecanismo para que, en cierto
momento, las candidaturas se determinen en México: todo depende como salga la
convocatoria o el procedimiento que establezcan los estatutos. Incluso, en el
PAN, es obvio que con todo y que haya asambleas, van a salir los candidatos que
palomee el primer blanquiazul del estado, tal y como ya sucedió en asambleas
municipales… y en donde pierden, como fue en Reynosa, crean una delegación
política municipal.
EL RETO DEL PRI.
El principal reto del PRI se da, quiérase o no, en el
proceso para elegir a su próximo líder. Ya hay fecha, pero ahí, la experiencia,
es que los Consejeros Políticos no están acostumbrados, mejor dicho, no saben
ser independientes y siempre están pendientes de la línea. En este caso, medio
mundo sabe, que los actuales consejeros los puso Egidio Torre Cantú y, quiérase
o no, por amistad, compromiso o por complicidad, están a la espera de la línea
para elegir al próximo líder.
Ahí es donde, en primera instancia, los priistas tendrán
que demostrar que son libres, que tienen libre albedrio y que pueden con el
paquete. De no hacerlo, obvio, van a ser teledirigidos y las consecuencias son
inevitables: caminar, nuevamente, hacia una derrota, sin posibilidades de capitalizar
el descontento hacia los azules por su soberbia, autoritarismo, los despidos
masivos, el comportamiento abusivo y prepotente hacia el trabajador.
IMPOSICION PRI-PAN-PRI.
Sea quien sea el próximo líder estatal del PRI no tendrá
fuerza, digamos, para establecer mecanismos democráticos y tampoco los
elementos para imponer candidatos. No hay poder local, salvo los intereses de
Egidio Torre Cantú que, para unos, aun hace de las suyas; y el poder federal,
si impone, serán sus intereses, no de los priistas tamaulipecos. Y en el caso
del PAN, hasta donde se ve, solo hay un poder: el de Francisco Javier Cabeza de
Vaca y lo que logre salvar el CEN por disposiciones estatutarias.
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