El hombre es capaz de entenderse por el lenguaje; y parte
de ese lenguaje tiene como elemento base, de entendimiento, a los símbolos. Es
fácil entender como sucede: hace días muchos victorenses se identificaron, por
ejemplo, con la lucha del Correcaminos por ascender a primera división. Y este
lunes, fue día libre en términos laborales, porque se festejo la batalla del 5
de Mayo, de cuando las armas nacionales se vistieron de gloria al vencer a los
franceses.
¿Todos tenemos símbolos en nuestra mente? La respuesta es
que si: son producto de nuestros intereses, de nuestros gustos, de nuestras
relaciones sociales, de nuestros hobbies, en fin, de todo aquello con lo que
interactuamos todos los días. Símbolos que nos permiten comunicarnos,
entendernos y, sobre todo, conocer e interpretar la realidad que está a nuestro
alrededor: ¿Qué piensan de la historia?
La historia nos proporciona símbolos políticos. Así, como
mexicanos, conmemoramos, celebramos, fiestas cívicas: la independencia, la
revolución, el nacimiento de Benito Juárez, el día del trabajo, la Constitución
Política, el día del Ejército. Símbolos que fueron ensalzados fervientemente
durante la época del PRI, de esos primeros años que nos gobernó el sigo pasado.
Incluso, de ellos nació, que todo acto gubernamental era “gracias” a la
revolución.
Hay, sin embargo, ya una realidad: los simbolismos
históricos pierden vigencia en la medida que se desconocen. Yes es fácil contrastarlo:
una simple encuesta-sondeo, por ejemplo entre jóvenes, y la respuesta es
contundente. No conocen la historia y no saben las principales fiestas patrias.
Es común el chiste o cartón periodístico: el niño o joven, emocionado porque no
tienen clase, porque no saben ni que es lo que se festeja, de porque es el
puente.
Reliquias del simbolismo político son, por ejemplo,
partidos políticos como el PRI e incluso ya lo es el PRD. El PRI con todo y que
es el partido gobernante, poco a poco va cayendo: la evidencia la tenemos con
su voto duro, el que siempre vota a su favor independientemente de su
candidato. Hoy en día, al menos en
Tamaulipas, ya Rafael González Benavides, como líder estatal, no tiene
elementos para presumir un carro completo: es más fácil que pierdan mas
posiciones a que las recuperen.
El simbolismo histórico del PRI se va perdiendo
gradualmente. Antes, en otras épocas, un candidato del PRI sabía de antemano
que ganaría la elección: hoy eso no es seguro. Y lo más grave es que sus más
recientes derrotas no fueron con pocos votos, fue con una ventaja que dice,
exactamente, que los priistas de Matamoros como de Nuevo Laredo ya son menos…
que los tiempos de aplastar a la oposición en elecciones ya son, digamos,
historia.
De ahí que el simbolismo político ya no puede ser la
historia. Recuperar credibilidad y confianza no es fácil y tienen que forjarse
nuevos simbolismos: por algo Rafael González Benavides ya cambio su foto del
perfil en Facebook: lo hacen aparecer mas chavo… pero eso, obvio, tiene que ser
congruente con lo que en cada instante genere a quienes están a su alrededor.
De otra manera, el PRI y su base militante, sus seguidores, difícilmente
estarán en la misma sintonía.
LA PROTAGONISTA.
LUCIA
AIMÉ CASTILLO PASTOR. Es la actual Subsecretaria de Planeación Educativa en la
entidad y antes, en los gobiernos federales panistas, fue Delegada de Educación
en la entidad. No es, por tanto, una improvisada en la problemática educativa.
De ahí que ahora, haga una recomendación a quienes aspiran a una plaza
educativa: que compitan por ella, dice, en el Distrito Federal, sus argumentos
son: en Tamaulipas solo se ofertan 110 plazas y en el Distrito Federal 4 313.
La diferencia y la oportunidad son enormes. ¿Le harán caso?
Contacto:
Web: meligue.blogspot.com
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