viernes, 14 de septiembre de 2018


LA CORTESÍA Y LOS VALORES DE LA FAMILIA.

Hace ya buen tiempo, en una reunión social, un amigo se confesó, dijo: “hoy mi hijo, como quien dice me regaño, me advirtió: papa, te pasaste el alto” Y es que, agrego: vi no que no venía ningún carro, que no había problemas u oportunidad de un accidente, y pues me lo pase”. Quienes, o cuantas veces, hemos hecho lo mismo… difícil, creo, que alguien se salve. La cuestión es, ¿Por qué lo hacemos?


Viene a cuento lo anterior por dos hechos, aislados, pero vinculados por una realidad que vivimos de manera cotidiana. Por un lado Leoncio Ariel López Talamantes, director de tránsito municipal capitalino, hace días indico que entre los conductores victorenses no hay cortesía; y, días después, el Coronel de Infantería Diplomado del Estado Mayor Anastasio Santos Álvarez pidió a los padres inculcar valores a sus hijos a sus hijos.


IMPERICIA AL CONDUCIR.
Es fácil darle la razón al director de tránsito. Creo que todos hemos sido testigos de cómo, efectivamente, entre los conductores capitalinos –ojo, no todos, buena parte de ellos-, no saben lo que significa la cortesía: este comportamiento se observa en prácticamente todas las calles, cruceros, avenidas y hasta en los estacionamientos. Por ejemplo, cuando vamos en una avenida –me ha sucedido en Hombres Ilustres- he puesto la dirección para indicar que voy a pasar al próximo carril…y tengo que cancelarlo porque, quien viene por ahí, incrementa su velocidad, lo que me impide, obvio, hacer el cambio de carril de manera adecuada.


Y esa cortesía, por ejemplo, se observa en los estacionamientos: es frecuente, por ejemplo, que los espacios dedicados a personas con alguna discapacidad, mujeres embarazadas o personas de la tercera edad, se vean ocupados: he visto, desde jóvenes hasta adultos, que se estacionan y con la mayor tranquilidad se van a sus compras. Ahí mismo, esa falta de cortesía, se observa cuando esperas el espacio para estacionarte y, sopas, de pronto aparece otro vehículo y te gana el lugar… ¿son listos, gandallas, abusivos?


FAMILIAS DESTRUIDAS.
¿Qué sucede en la sociedad? Con frecuencia, de manera categoría, afirmamos: la sociedad esta desintegrada, por eso hay altos índices de delincuencia. Y la cuestión es que, en esa coyuntura, hay que hablar de la marginación social… porque no hay empleo, porque el salario es reducido, entre otras cosas. Así, ante el fenómeno de la violencia, de la inseguridad, el militar pide a los padres, a los maestros, a los jefes en las oficinas, etcétera, que inculquen valores como una medida preventiva.


Pero todo, cierto, es un círculo vicioso: he visto como en cafeterías, en algunos restaurant o en la calle, a niños que venden desde chicles hasta empanadas, galletas u hojarascas, hasta nopales. De inmediato pensamos mal de los padres, que los mandan a trabajar. Y la pregunta es: ¿esos niños estudian, van a la escuela, se preparan para la vida? Una parte sí, pero otra, hay la certeza, tiene como destino la marginación, la drogadicción, la delincuencia, la vagancia, entre otras cosas.


PREPARACION PARA LA VIDA.
¿Por qué no hay cortesía vial? La cuestión es que, esa falta de cortesía, también se da en las distintas etapas de la vida cotidiana. ¿Acaso en la casa, la escuela, la iglesia, por decir, no nos inculcaron ese tipo de valores? Y en respuesta, creo que es válido afirmar, el ejemplo es el mejor sistema educativo. Así, como el padre se pasa un alto, pronuncia palabras, digamos fuertes, es autoritario –igual el profesor-, son conductas que se van acentuando en los niños. El ejemplo, la imitación, hacen su trabajo.


El reclamo del director de tránsito es válido y el consejo, la petición del militar, necesaria. Somos los adultos, padres de familia, maestros, servidores públicos, ministros religiosos, deportistas, políticos, todos, los que tenemos que empezar, al grito de ya, la recomposición de la sociedad y hay que hacerlo con nuestros hijos, nietos, sobrinos, amigos, etcétera… no hay vuelta atrás: se habla mucho de recomponer el tejido social, pero el trabajo es insuficiente. Tiene que ser cotidiano, conjunto y con responsabilidad.


PROTAGONISTA.
            OSCAR ALMARAZ SMER. Es sin duda uno de los mejores alcaldes que ha tenido Victoria, con todo lo que se dice de él, es preciso hacer resaltar que su trabajo ahí esta: obras, calles pavimentadas, espacios públicos recuperados y, aún más, presume que no deja deudas a su sucesor… claro, pendiente un crédito que no fue de él, de su antecesor. Que la elección la perdió; si, la perdió porque hubo un escenario competido, incluso con dos expriistas como independientes, amén de la campaña de desprestigio, descrédito en su contra. Que hay baches, sí, pero hay más calles pavimentadas que antes… que a unos no les gusta la remodelación del 17, pero era justa y necesaria, por eso, otros la alaban.



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