LA MORAL EN LA
POLITICA.
Hace días el Doctor Francisco Aceves, en su muro del
Facebook, recordaba (recomendaba) a sus amigos que, para entender lo que
actualmente está sucediendo en la política es preciso volver a leer a Nicolás
Maquiavelo (El Príncipe) y en la polémica hubo quien propuso que también a
Maurice Joly (El dialogo en el Infierno de Maquiavelo y Montesquieu). Creo, en
verdad, que no le falta razón. La praxis política en México no tiene moral.
No es preciso definir que es moral. Creo que todos
sabemos distinguir el bien del mal, y entendemos, que esa moral en la práctica
no es solo una, sino que varía en función a una serie de factores, como la
posición social y económico de la persona, los estudios, la religión, la
militancia política, entre otras cosas. Pero, recordemos: a Maquiavelo se le
atribuye que la política no tiene moral, porque importan solo los medios para
alcanzar el poder.
DERECHO A PEDIR LICENCIA.
Mucho, pero mucho, se ha comentado el inicio de la 4ª.
Transformación que nos ofreció AMLO y MORENA a partir de que llegaran al poder:
el primer acto en el Senado con la petición de Manuel Velasco de licencia, para
regresar a gobernar a su estado, fue manoseado y mostro, tal cual es, la praxis
de la política en México: una negociación en donde, lo que importa, es el poder
y no la moral, o las formas del deber ser. Primero no, luego si.
Efectivamente, como bien apunto Ricardo Monreal el
senador Velasco tenía derecho a pedir licencia. Y el Senado, por antecedentes, tenía
también opción a no aceptar tal petición. Tan simple como recordar lo que
sucedió con Lazara Nelly González Aguilar: quiso regresar a ser diputada
federal, es decir, dejar la alcaldía y recuperar su curul: y no, no se lo
permitieron. Igual, creo, debió suceder con Manuel Velasco… en fin, son
decisiones, son acuerdos… y eso es la política: negociación, acuerdos y
consensos.
¿A QUIEN REPRESENTAN LOS LEGISLADORES?
Por muchos años los partidos políticos gozaron del
monopolio de las candidaturas. Y los partidos políticos son entidades de
interés público que representan a una porción de la sociedad que se identifica
con su ideología o con su programa de acción. Así, luego entonces, sea un
legislador de mayoría o de representación proporcional, ¿es correcto que
alguien, por ejemplo, se declare independiente o de plano se cambie de partido?
El deber, obvio, indica que no.
¿Qué fue lo que sucedió, a trasmano de la licencia para
Velasco?: al momento de la negación se conoce que 5 diputados del Verde se van
a Morena; con eso, conceden a a su nuevo partido la prerrogativa de detentar
por tres años la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados.
Igual sucedió aquí en Tamaulipas: así fue como Ramiro Ramos obtuvo la mayoría
que requería, exactamente para lo mismo: para tener el control del poder
legislativo en la entidad.
NO TRAICIONAR AL PUEBLO.
Después de la elección, cuando ya se sabía cómo quien
dice, quienes ganaron diputaciones y senadurías, AMLO se reunió con los
legisladores electos de su partido. Y en esa reunión les leyó la cartilla, les
dijo entre otras cosas que no deben mentir, robar ni traicionar al pueblo. En
este caso, creo que aún no se puede saber si han mentido, si han robado, pero
de que es cierto, si es cierto, de que han traicionado al pueblo… quizá no
MORENA, pero si los diputados del Verde, que sin más, por una negociación,
ahora son parte de MORENA y ese cambio tuvo un impacto determinante en el
ejercicio del poder.
Ante los hechos, sin embargo, estamos como en el problema
del huevo y la gallina, del chofer el agente de tránsito: ¿Qué fue primero? Es
decir, los de MORENA solicitaron el cambio de diputados o fueron los Verdes
quienes se ofrecieron. Lo que haya sido, el hecho real, es incuestionable: en
ambos lados el deber ser no admite una conducta de esa naturaleza, con todo y
que, de siempre, así ha sucedido al menos a lo largo y ancho de México: tan
simple como, antes y en el proceso electoral diputados legisladores del PRD
dieron el brinco a MORENA… y ahora son triunfadores.
PROTAGONISTAS.
CECILIA
DEL ALTO. Es la titular de la Secretaria de Obras Públicas del Gobierno Estatal
y, por ello, está en la coyuntura de un escenario en donde las críticas, los
reclamos, siempre están a la orden del día: sobre obras incumplidas, sobre
obras mal hechas o retrasadas, y el caso es que a la población lo que le
interesa, de siempre, es que se concluyan las obras publicas. Por eso, ya
informa, sin difundir, la integración de una lista negra de constructoras que
han fallado. Eso, obvio, es cumplir su chamba y velar por los intereses del
pueblo, de las finanzas públicas estatales.
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