martes, 25 de septiembre de 2018


¡LOS VAMOS A MATAR!

Lo que sucedió en Monterrey, diría mi abuelita María, no tiene nombre. Se conoce, de antaño, la rivalidad deportiva de las barras o de las porras futbolísticas; México no es la excepción, pero en otros países –como Inglaterra- hicieron época, al grado que hasta libros se han escrito sobre ese tema. Pero ahora, lo sucedido en Monterrey previo al Tigres vs Monterrey, marca un hito, un antes y un después, a la violencia deportiva.


¿Cómo explicar que esto suceda? No hay, máxime que de siempre, se ha conocido que los integrantes de una multitud modifican su comportamiento ante el anonimato de los hechos. Así lo explican los estudiosos de la “Multitud”, de masa humana, donde un conjunto de individualidades dan vida a una grupo que, se explica, actúa de manera irracional… aunque, se ha documentado, que hechos de esta naturaleza –al menos en la política- no son casualidad, ni fortuitos, menos espontáneos.


IMÁGENES CANDENTES.
Las redes sociales y los medios tradicionales, como la televisión y los medios impresos, ya dieron cuenta de los hechos; de cómo, en una avenida –no próxima al estadio- hay un enfrentamiento; de como los hinchas de tigres y de Monterrey se topan y se arma, como bien dicen, la pelotera: corren, los persiguen y las imágenes del fans de tigres caído y de cómo continúan golpeándolo. ¡Me da tristeza!, exclamo Tuca Ferreti.


Los directivos del futbol, al igual que en otros eventos similares, lo único que hacen es lamentarse de los hechos. Quizá, efectivamente, es difícil que un ambiente así, digamos de hostilidad, puede preverse y contralarse. Pero, entiéndase, no se puede permitir que esto suceda una y otra vez. Ya sucedió en un América-Guadalajara, en el apertura 2016, y no hubo ninguna acción, sea restrictiva o sancionadora, para que estos hechos no se repitan.


¡LOS VAMOS A MATAR!
De la tristeza del Tuca a los lamentos de los directivos, o de que es un problema social, según Decio de María, pasamos al grito que la barra de los rayados de “Los vamos a matar! Increíble, quizá esto solo suceda en México; con todo y que en el hospital un fan del tigres se debatía entre la vida y la muerte, incluso unos aseguraban que ya había fallecido, en el estadio los regios se mostraron tal cual son: “!los vamos a matar! ¡Los vamos a matar!, fue, una y otra vez el cantico al momento que, en la cancha de futbol, los jugadores daban la impresión de andar en un día de campo.


¿Cómo explicar que, de pronto, aparezcan instintos asesinos? ¿Qué provoca esta situación? ¿El fanatismo o el alcohol? Los hechos son innegables, irrebatibles, lo que lleva, entonces, a que es necesario acciones más drásticas: ¿Quién o como se organizan las barras o porras? ¿Quién las financia o patrocina? ¿Dónde quedan, en esos días, la seguridad pública, la integridad de las personas? El recuento de hechos de violencia en estadios mexicanos no es de hoy ni de ayer, es de tiempo atrás, y nada, si nada hacen las autoridades deportivas.


ENAJENACION Y FANATISMO.
La historia de la violencia en el futbol es mundial. Se conocen casos de fans que se suicidan, de otros que asesinan al jugador que creen responsable de una derrota, el caso es que, a estas alturas es imposible soslayar que la violencia ya es parte del futbol mexicano. Para el efecto, les recuerdo diversos hechos que fueron marcados, ya no sé si por fanatismo, por enajenación, con violencia contra jugadores, policías o contra los fans contrarios. Van datos mínimos:


-        Morelia vs Cruz Azul (2001). Un aficionado invade la cancha y ataca al Chaco Giménez. Termino en una riña general que involucro a jugadores.
-        Atlas vs Guadalajara (2012). Tras empatar los aficionados de las chivas encaran a la policía y se desata una pelea.
-        Cruz Azul vs Toluca (2013). La barra “Sangre Azul” invade la cancha para encarar a los jugadores, sus jugadores, por la falta de resultados.
-        Atlas vs Monterrey (2014). Los seguidores del Atlas encaran a los felinos.
-        Puebla vs Monterrey (2016). Los seguidores del Monterrey quemaron las butacas del estadio Cuauhtémoc.
-        San Luis vs Necaxa (2016). En la liga de ascenso también hay violencia y, en especial, en este partido el pleito fue de tal magnitud que hasta balazos hubo. Se contabilizaron 16 heridos.


PROBLEMA SOCIAL.
De Luisa, el directivo de la Federación de Futbol, califica los acontecimientos que tienen al borde de la muerte a Rodolfo Manuel Palomo Gómez, como un problema social: y como tal, en todo caso, debe ser atacado, resuelto, combatido, por las autoridades del futbol, como por las autoridades civiles, políticas y militares, por el gobierno, pues. Medidas que pueden ser, desde preventivas hasta restrictivas… el deporte debe proporcionar emoción, sentimientos, placer, pero sin llegar a extremos de violencia. Debe prevalecer el Estado de derecho.


Comentarios:


No hay comentarios: