La política para quienes saben jugarla es como un juego
de ajedrez. Cada uno de los movimientos está, como diría el Chapulín Colorado,
bien calculados; ahí que se diga que los últimos reacomodos del gabinete de
Egidio Torre Cantú tienen impacto en la sucesión gubernamental del 2016. Y en
esa coyuntura, en otros partidos políticos, los últimos acontecimientos, tienen
igual impacto.
Claro, no se nos olvida que primero es el 15 y luego el
16. El proceso de este año es federal; ya los partidos políticos están armando
sus candidatos y la sorpresa, este inicio de semana, es que el PRI ya emitió su
convocatoria para elegir por dedazo a 4 de los aspirantes a ser parte de la Cámara
de Diputados. Por cierto, Ramiro Ramos Salinas advierte que este proceso será
muy judicializado en virtud de la nueva legislación electoral.
En fin, tenemos que uno de los eventos significativos del
fin de semana (el domingo) fue la elección que hicieron los panistas de su
líder estatal: participaron Agustín
Chapa y Cesar Verástegui; triunfo Verástegui, mejor conocido como El Truco, y
se entiende que es la avanzada de Francisco Javier García Cabeza de Vaca a la
candidatura gubernamental. El triunfo de El Truco, significa la entronización
de un nuevo grupo político en la dirección del PAN.
El Truco venció, como quien dice, a Leticia Salazar y a
Carlos Canturosas, los alcaldes panistas que hacen su lucha por ganar espacios,
adeptos, para sus sueños gubernamentales. No fueron capaces de atajar el avance
del Senador… medio mundo habla mal de él, panistas de por medio, pero ahí lo
tienen: firme, avanzando paso a pasito. Maki Ortiz ya debe olvidarse de sus
ambiciones políticas y, en todo caso, centrarse más en su salud.
Los cambios en el gabinete de Egidio Torre Cantú tienen
también sus implicaciones políticas gubernamentales. De entrada, cancela toda
oportunidad política –a corto plazo- para Homero de la Garza; su renuncia para
atender asuntos personales es más que elocuente. Y la inserción de Antonio
Martínez Torres como su sustituto obliga, de entrada, a que se le tiene que
considerar como parte de la caballada priista para el 2016.
¿Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Alejandro
Etienne o Baltazar Hinojosa se animan a ser gobernador por dos años? La
pregunta tiene su sentido: Tamaulipas aun no hace la reforma electoral que
obliga a empatar elecciones locales con federales. Las opciones son para el
próximo gobernador tamaulipeco: que el periodo sea de 2 u 8 años. Y lo más
probable es que sea de dos: en este sentido Ramiro Ramos Salinas tiene la
palabra… por cierto, también lo incluyen en la “caballada” rumbo al 2016.
En, para la elección federal del 2015 los partidos
políticos ya prácticamente enseñaron sus cartas. Ahora la cuestión es que
inician precampaña para definir al candidato formal: en la precampaña el PRI
evita resquemores con la decisión de candidatos únicos (por Convención) y por
la designación del CEN (dedazo); en el
caso de los panistas, ahí sí puede haber impugnaciones y reclamos, casi
siempre, por el debido proceso o porque no se respeten los derechos
partidistas. En el resto de los partidos políticos la información es casi nula
y no se observa, vaya pues, que se peleen por la nominación: saben que tienen
la menor oportunidad de ganar.
Para las campañas políticas, del 2015 como el de 2016,
deben tener un factor indiscutible: la transparencia. Por eso, Mercedes del
Carmen Guillen Vicente (Paloma) al aceptar la candidatura por Tampico hizo
notar: tengo la cara y las manos limpias, destacando que ha ocupado cargos y más
cargos, ha cruzado pues el pantano y no se ha manchado. ¿Pueden decir lo mismo
todos los precandidatos o candidatos?
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