jueves, 12 de febrero de 2015

ELECCIONES, IMPUNIDAD Y GOLPETEO.

Cuando se habla de la corrupción en México se tiene la certeza de su existencia. Incluso, es casi normal que eso suceda, estamos acostumbrados a que está en todas partes y nadie, nadie de las autoridades, es capaz de hacer algo para combatirla. Buena parte de la impunidad se da, por ejemplo, en tiempos de elecciones: el debido proceso no se sigue y, además, en la lucha por el poder, el combate mediático crece, crece y crece.


Nadie niega, o puede negar, por ejemplo, que en la entidad hay problemas de seguridad. Por eso, los líderes partidistas nacionales, una y otra vez, piden que las elecciones sean blindadas. Y, para nuestro Estado, vale sentenciar que las autoridades electorales ya fijaron su posición: no hay inconveniente, obstáculos, para realizar las elecciones de julio próximo.


Con todo y ello, el INE en la entidad, señálese a Arturo de León, reconoce explícitamente que hay zonas de riesgo en la entidad para colocar las casillas electorales. De un total de 2009 secciones, resulta que 760 están ubicadas en zonas de riesgo. Una tercera parte, parte considerando además que en 141, clasificadas como nivel dos, pudieran existir problemas. Riesgo que nace del pandillerismo, migración, vandalismo, presuntas actividades ilícitas y presencia de personas armadas.


Mientras el INE avanza en las formalidades del proceso electoral, los partidos políticos están casi por terminar de elegir a sus candidatos, nos topamos con que los medios de comunicación van dando cuenta de hechos, presumiblemente de corrupción. El caso más reciente, sonado, tiene que ver con el futurismo: Carlos Mateo Aguirre es hermano del exgobernador, fue detenido por fraude de 287 millones de pesos. Están, como quien dice, a un paso de caerle al exgobernador. Y es, en todo caso, echarle más lodo, más lumbre, al PRD en Guerrero.


En el caso del Estado, tenemos que ya los líderes partidistas empiezan a establecer sus metas. Por decir, Rafael González Benavides reconoce que casos como el de Matamoros son complicados pero que de todos modos harán la lucha por ganar los 8 distritos. Algo, entiéndase, inalcanzable. Y el PRD, el partido que puede presumir que no tiene presencia en 33 municipios, se atreve a indicar que ganara 2 distritos, el de Tampico y el de Madero. Le ganaran a Paloma Guillen.


El golpeteo intrapartidos políticos esta a todo lo que da. Al menos, eso se piensa, con lo que sucedió con el caso Matamoros en el PRI: se cayó la candidatura de Mónica González García y apareció Daniel Sampayo…luego, dijeron, declino porque no cumplió con los requisitos y tarde, muy tarde, llega Jesús de la Garza Díaz del Guante. Difícil, dicen, que pueda ganar, ahí la comandante Leticia Salazar hace trabajo y trabaja para sacar adelante a su partido.


Sin embargo, no deja de llamar la atención un hecho insoslayable: en el PAN están más que divididos, se están destruyendo mutuamente. Primero, recuérdese, el caso de las despensas a favor de Agustín Chapa; luego, hasta dos impugnaciones al triunfo de Cesar Verástegui… y ahora, al menos, se ha conocido por la prensa que siguen con acusaciones por las despensas…fuego amigo, sin duda, que lacera y consolida la división interna partidista.


Obvio, uno puede pensar: el PAN dividido, el PRD casi sin presencia, Morena apenas se está construyendo, está todo listo para que el PRI se despache con la cuchara grande. Sin embargo, todos lo sabemos, hay un voto de castigo que impulsa derrotas priistas…candidatos panistas, prácticamente, han ganado sin hacer buenas campañas. La verdad, los tamaulipecos, no merecemos este sistema de partidos. No queremos legisladores sin presencia o reconocimiento de parte de los electores.




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