Sorprendió EPN al instalar el Consejo Nacional de
Transparencia. Su mención sobre la condición humana nos lleva a pensar, a
reflexionar, porque en México se avanza en leyes, pero se retrocede en la práctica
de esos principios. Peña Nieto hace notar que la transparencia es una medida
contra la corrupción… el problema es que, el gobierno en sí, sus gobernantes,
no lo llevan a la práctica.
¿Cómo es la condición humana del mexicano? No se puede
generalizar, pero hay un hecho innegable: México tiene fama de ser corrupto;
fama de ser ineficiente; de contar con un sistema educativo fracasado; de que,
todos los que trabajan en gobierno, se hacen ricos. Condición humana que, en
algunos lugares, es fácil identificar: fregar al que se deje… la ley del más
fuerte, soporte de impunidad.
Ahora que el Presidente EPN habla de la condición humana,
vale recordar la expresión del amigo del Presidente de la Republica: no me
niegues el saludo, yo me encargo de lo demás. Quien llega al poder, por su
condición humana, no lo hace con la convicción de servir a los gobernados; lo
hace pensando en hacerse rico. El mejor ejemplo lo tenemos con Rodrigo Medina,
el aun gobernador de NL, y su familia.
Dice EPN: “Estamos abriendo puertas y ventanas para que
la sociedad mexicana conozca mejor como y en qué se invierten los recursos de
los mexicanos”. Es, digamos, otra puerta y ventana, porque ya existen muchas;
pero están cerradas… la actitud de transparencia no es real, porque ni los
mismos actores no desean: las declaraciones patrimoniales de los servidores
públicos siguen siendo confidenciales; con las elecciones el INE pidió a los
candidatos a diputado federal pusieran en línea su curriculum: ni con eso
quieren ser transparentes.
Aquí en Tamaulipas también se pregona la cultura de la
transparencia. Un día, en conferencia de prensa el Secretario de Obras Públicas
presumió que ya no se pide el diezmo a los constructores y que había, dijo,
transparencia en los concursos y licitaciones. Se le pidió nombres de
constructoras que participaron en una obra pública, que explicara sus
propuestas. Y la mejor respuesta que dio, fue abandonar la sala. No hay, pues,
congruencia entre lo que se afirma y lo que se hace, obvio, se presume, es puro
discurso.
No vayamos muy lejos. Regidos de varios municipios,
incluso hasta priistas, se quejaron de que los alcaldes no les proporcionan ni
las altas del cabildo, menos copia del presupuesto. Y eso, si, eso que mucha
información por ley es pública (puerta y ventana que no funcionan). La única
salida que encontraron nuestros diputados fue decir: hay que darle dientes,
armas, al ITAI para que ejerza sus facultades y haga cumplir la ley. Por eso,
dicen, el ITAI es un elefante muerto.
Lo que sucede es muy sencillo: la condición humana de los
servidores públicos, todos, de cualquier nivel, es ocultar y negar la
información. Sucede así porque sus valores y ética como servidor público es
prácticamente nula. Buena parte, hay sus excepciones, no saben servir, pero si
servirse. La ley no se aplica y cuando se hace es por espíritu de venganza, no
de justicia. Si no, como explican todo lo que sucedió con Oscar Pérez Iguanzo:
lo acusaron, lo hicieron prisionero y al final los jueces, la justicia,
sentencio que era libre, inocente, por falta de pruebas para encontrarlo
culpable.
El gobierno (federal, estatal y municipal) si hablan de transparencia,
de combatir la corrupción y la impunidad, tiene que actuar en consecuencia. Si
no lo hacen, hagan de cuenta, que están mintiendo, están manipulando los deseos
y aspiraciones de la sociedad. Se cura en salud EPN cuando dice que no se puede
hacer todo de la noche a la mañana: pero se tiene que empezar, hablar y actuar.
No hay de otra.
El Bronco lo dice:
“Voy a comandar mi gobierno a través de las redes
sociales, la red social va a ser fundamental para que podamos tener contacto
con la comunidad. Me dedicare a la gente y a hacer política”.
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