¿CANSA LA TRANSA?
Ya nos estamos acostumbrados al lenguaje claro,
accesible, que usa el Presidente AMLO: “… no voy a ser cómplice, el pueblo se
cansa de tanta piche tranza”. Efectivamente, históricamente está comprobado:
todo tiene un límite, por eso, han caído gobiernos, han cambiado regímenes
políticos, bueno, hasta en el crucero de la esquina, las cosas cambian, cuando
alguien, ya no aguanta, y decide tomar cartas en el asunto. Así sucede en todos
lados.
La mejor expresión, o evidencia, de que el pueblo no
aguanta tanta tranza, es el triunfo inédito que el pueblo le concedió al
Presidente AMLO. Los panistas tumbaron al PRI y no cambiaron nada, lo
especializaron; el PRI volvió al poder porque el pueblo le creyó nuevamente,
pero no es por siempre. Y ahí tienen el resultado: por eso, cada día que pasa,
la aprobación al gobierno de AMLO no baja… porque hace y dice lo que el pueblo
quiere escuchar.
CAÑONAZOS DE 50 MIL PESOS.
Nadie aguanta, registra la historia, que dijo Álvaro Obregón
un cañonazo de 50 mil pesos. Así de fácil, por eso, la otra expresión muy
generalizada, es que todos tienen un precio, la cuestión es llegarle.
Expresiones que magnifican, hasta la saciedad, el papel que desempeña la
corrupción en nuestra vida nacional. Y lo que describe AMLO, de que abogados
influyentes negociaban devolución de impuestos, millonarios a grupos
empresariales, no tiene nombre: pero es una realidad, ¿Cuánta veces nos
enteramos de condonación de impuestos a otras tantas empresas?
Pero eso, entiéndase, es solo parte de una gran red, que
se multiplica a lo largo y ancho de la administración pública como de la
administración de justicia. Pomposamente se dio en llamar nuevos ricos a los
herederos de la revolución: y todo porque sexenio tras sexenio, de pronto, nos
enteramos que hay nuevos ricos, cuya nueva riqueza no es posible explicar, vaya
pues, con el ingreso normal de su empleo.
LA LEY HA SIDO LETRA MUERTA.
La cuestión es que el proceso de corrupción es una larga
cadena de hechos. Un agente del ministerio público pide, a un acusado, un
“moche” en consonancia con el delito que le imputan y, no es por dejarlo libre,
pero si para no alargar el proceso; el juez, no pide directamente, pero indirectamente
se beneficia para que la sentencia no sea la máxima, es decir, para que sea
benevolente. Obvio, si el inculpado no comete el hecho o acto que se presume es
un delito, no se viera involucrado en el proceso de corrupción.
Cuando apareció el tema de la Casa Blanca o el de la
Estafa Maestra, se entiende, fueron denuncias periodísticas; y las distintas
instancias, que son parte del proceso –casi siempre son parte de la
corrupción-, guardan silencio, no actúan, no hacen señalamientos e, incluso,
van más allá: tratan de tapar, de justificar, maquillan, de tal manera que los
involucrados sean “inocentes”, como quien dice calumniados.
TAMAULIPAS Y LA COMAPA.
Dice el Presidente AMLO “tanta pinche tranza cansa”, pero
creo que también debemos agregar, que sucede igual con la demagogia, con el
discurso de antes y al asumir el poder: Francisco Javier García Cabeza de Vaca
dio muestras inequívocas de que iría en contra de la corrupción. Hablo, como
también lo hicieron servidores públicos como el Contralor y el Auditor Superior
del Estado, de desfalcos, desviaciones de recursos, de obras sin concluir… y un
día, el contralor se lamentó: de no encontrar pruebas aunque, asevero, tenía la
certeza de que habían cometido actos de corrupción.
Hace días Humberto Calderón Zúñiga, el gerente de la
COMAPA Victoria, compareció ante el cabildo. Hablo que recibió una empresa con
deudas, sin dinero y más o menos detallo algunos hechos que, se presumen,
pueden tipificarse como delitos. Así, de nueva cuenta, se magnifica la idea de
que hubo tranzas, que se aprovecharon del cargo, pero… la cuestión es que ahí
queda todo. ¿Por qué no actúan en consecuencia? ¿Temen ser tratados, luego, con
la misma vara tal y como sucedió con el exalcalde de Tula?
EL RETO DE AMLO CON LA CORRUPCIÓN.
Efectivamente cansa la corrupción: hasta el momento AMLO
hace públicos acciones gubernamentales de corrupción; la cuestión es que, eso
se tiene que bajar a las otras instancias y, además, lo tiene que notar el
ciudadano. De otra manera la percepción de la corrupción puede, incluso,
conservarse y no observar una disminución. Porque es, a todas luces, un
fenómeno que cubre la vida cotidiana y todas las áreas e instancias
gubernamentales. ¿Ya no habrá nuevos ricos sexenales?
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