Cuando Vicente Fox ganó las elecciones la explicación más
socorrida fue: “gano por el voto útil”, es decir, no pinto para nada el voto
racional, ni las ideologías, ni el programa u oferta política de los
candidatos. Solo la idea, el propósito, de sacar al PRI de Los Pinos. Derivado,
obvio, de un malestar e inconformidad sobre los gobiernos priistas.
En términos de historia política-electoral, por mucho
tiempo, Guadalupe Díaz Jr como director de un vespertino capitalino y como
autor de una columna política, en más de una ocasión hacía notar los motivos o
los razones de porque votaría por un candidato a gobernador, por tal cual a diputación local y, claro, por el alcalde; y a
veces, eran de distinto partido, afirmaba con convicción: es un voto razonado.
Sin embargo, revisar el contexto de lo que sucede, hoy en
día en los procesos electorales, lo que menos se encuentra es un voto razonado,
menos guiado por ideas u ofertas políticas. Véanlo, en la práctica todos los
partidos políticos tienen una ideología distinta. Solo que el PRI, el Verde y
el PANAL van en una coalición en la entidad; en otras, como en Veracruz, el PAN
y el PRD van en coalición: esta última, dicen, es contra natura, porque en
términos ideológicos son como el agua y el aceite.
Para darnos una idea de cómo es, hoy en día, el voto de los
ciudadanos, hay que leer el texto de Andrés Valdez Zepeda y otros autores, que
esta publicado en Razón y Palabra http://www.razonypalabra.org.mx/N/N75/varia_75/varia2parte/16_Valdez_V75.pdf,
en donde dan cuenta de una tipología del voto: 1, racional; 2) Inercial; 3)
Personalizado o por candidato; 4) De ira; 5) Por consigna o voto corporativo;
6) De hambre; 7) Del Miedo; 8)
Contextual; 9) Circunstancial; 10) Ganador; 11) Plebiscitario; 12) De plástico;
13) Anulado y nulo; 14) Útil; 15) Ideológico; 16) Voto partidista; 17)
Clasista; 18) Experiencial; 19) Relacional.
Visto el actual proceso electoral creo que un operador como
Antonio Martínez Torres diría que el voto del 5 de junio es inercial como
también partidista y, sin reconocerlo abiertamente, el de hambre. Serían los
que harían ganar a Baltazar Hinojosa Ochoa; en cambio, Francisco Javier García
Cabeza de Vaca también utiliza el voto del hambre, el partidista y el útil;
este último, como oferta el cambio, que ya no estén los mismos en el ejercicio
del poder.
En el caso de Francisco Chavira y Gustavo Cárdenas van más
por el voto de ira, el personalizado o del candidato. Y otros, como quien dice,
van por el voto razonado; algo difícil de lograr o que en la práctica funcione.
La pregunta de los 64 mil pesos, en todo caso, es: ¿Qué candidato va por el
voto del miedo? Dicho de otra manera: el miedo puede deslizar el voto de un
partido político a otro?
Difícil erradicar el utilitarismo político. El elector
merece estar informado y los debates para eso son: lamentable, muy lamentable,
que en ellos no haya debate de propuestas y si lodo, acusaciones que, la
verdad, me pregunto si lo que ahí se han dicho merece o no que el agente del
ministerio público pueda investigar de oficio: quien acusa debe, además,
ofrecer las pruebas. ¿Por qué no van a la PGR con ellas?
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