En Estados Unidos solo hay dos partidos políticos (El
Republicano y el Demócrata) en tanto que en Cuba, solo uno: pero en México, con
un sistema de partidos pluralista, creo que nos faltan dedos de la mano para
contarlo. Sin embargo, históricamente, solo el PRI y el PAN han gobernado al
país; los otros, en la práctica, han sido partidos chicos, unos paleros, otros
apéndices de los que son grandes.
En términos de teoría política los partidos políticos
representan a la sociedad. En los Estados Unidos el nombre mismo marca la
diferencia; en México, el PRI nació para representar al poder revolucionario;
el PAN, para ofrecer un proyecto de gobierno distinto. Los otros se han ido
agregando y desagregando, perdiendo color u orientación política-ideológica.
FRACASO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS.
La legislación electoral, incluso la Constitución Política,
obliga a los partidos políticos a promover las prácticas democráticas; a
promover el voto. Sin embargo, desde la elección de 1988, prácticamente, inicia
un proceso que afecta a los partidos políticos: El PAN se convierte en
oposición real el PRI inicia una descomposición, creando las condiciones para
la formación de un Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas como
candidato. El PRI ya no está solo.
Descomposición partidista que, se pensó, provocaba el
abstencionismo. Por eso se ciudadanizo el órgano electoral, se hizo credencial
de elector y padrón con fotografía, tinta indeleble, entre otras cosas. Sigue
el abstencionismo al grado que, en algunas elecciones, vota menos del 50% del
padrón electoral. Una minoría, entonces, decide quien gobierna. Y es, entonces,
que aparecen los independientes, ganando elecciones.
IRRUPCION DE LOS INDEPENDIENTES.
El voto no se ha incrementado, pero si se ha fragmentado
ante mayor presencia de oposición. Lo que significa, llanamente, que deciden
pocos; y cada vez votan menos, al grado que, de pronto, aparece la figura de
“Candidato Independiente” como una nueva forma de llamar la atención y
propiciar mayor participación ciudadana. Fue Jaime Rodríguez, mejor conocido
como El Bronco, quien puso el ejemplo en Nuevo León. Para la elección
presidencial ya se anotan varios.
En las elecciones del año 2016 hubo 308 candidatos
independientes; en el 2017 solo 91. Y en el caso de Tamaulipas, en la elección
local del año pasado, hubo 23 candidatos independientes y, de ellos, dos
ganaron en su municipio: Héctor de la Torre en Llera y José Luis Gallardo en
Jaumave. Otros, de esos 23, prefirieron burlarse de la sociedad y declinaron en
favor de otro candidato.
PERSIGUIENDO CIUDADANOS.
Para la elección federal, y local, en 2018 ya los
partidos políticos se aprestan a dar el banderazo de salida. Y ya no es raro,
ni excepción, que van tras ciudadanos que estén, como dicen, empoderados para
que sean sus candidatos. Al menos, ya a nivel nacional, se conoce que el PRI está
pensando en quitar candados para un “candidato externo” o que no cumpla los
requisitos de 10 años de antigüedad.
Y en Tamaulipas, cuando menos, ya dos partidos políticos
dieron línea: Primero fue Antonio Leal Doria, de MORENA, que dio a conocer que
ellos van al 50 y 50, es decir, 50 candidatos externos. Y para no quedarse
atrás, ya el PAN con Francisco Elizondo, freno a los reeleccionistas, al
señalar que si hay un ciudadano más popular que un militante, ese, dice, será
el candidato.
CABALLADA FLACA.
El hecho, innegable, indiscutible, de que un partido
político –el que sea- está consciente de que no cuentan entre sus militantes a
alguien con capacidad para ganar la elección, es una dura evidencia de su
debilidad. No han sido capaces, dicho en otra forma, de integrar a líderes
naturales a su partido, no han sido capaces, además, de formarlos… con todo y
que, cada partido político, recibe en su financiamiento recursos etiquetados
para una escuela de formación de cuadros.
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