martes, 31 de marzo de 2015

ESPIRITUALIDAD Y DIVERSION.

Estamos en Semana Mayor, en Semana Santa. Todos, o casi todos, siempre quieren, esperan con ansia, que llegue la Semana Santa. Sin embargo, es preciso hacer notar que tiene una doble connotación: para unos, es la oportunidad de salir de vacaciones, de aprovechar los días e irse, mínimo a la playa o al rio; para otros, es una magnífica oportunidad de un reencuentro con la fe religiosa.


En términos espirituales, la Semana Mayor, es la oportunidad para reflexionar, para adentrarnos en las palabras de la Sagrada Escritura, de recordar como Jesús fue crucificado. Es la oportunidad que se dan, por decir, los católicos para hacer actos de fe… en este momento, por ejemplo, un grupo de católicos hacen su peregrinación (a pie) hasta El Chorrito.


Por mi parte, en esta época, es cuando vuelvo a releer, uno y otro de los libros del Nuevo Testamento, que tienen narraciones sobre la vida de Jesús; de sus predicas, de sus actos de sanación y, claro, de cómo es sometido a un juicio y condenado a ser crucificado. Siempre, así lo considero, es bueno leer y releer algunos pasajes bíblicos que reconfortan y que, por otra parte, nos conducen a la comprensión del valor y el significado de la fe.


Hay, sin embargo, un hecho que no se puede negar. Veremos en estos días como miles y miles de mexicanos, hombres y mujeres, grandes y chicos, participan de los actos religiosos. Son muchos, pero antes, eran muchos más: ya son menos los católicos en México, año con año, va disminuyendo y la culpa no es más que de la misma iglesia: se olvida de predicar las enseñanzas de Jesús.


Haces más de 15 años asistí a una iglesia en Matamoros, como padrino de una primera comunión. El sacerdote, en la misa, dio santo y seña de como feligreses de su parroquia emigraban a otros grupos religiosos. De esta misma cuadra, dijo. Debo decirles que inicio la misa después de una hora, en tanto las religiosas una y otra vez nos hacían repetir las normas del sacramento, está ocupado el padre, nos decían: apareció y, jovialmente, dio a conocer el marcador de un juego de la selección mexicana… lo estaba viendo.


Y luego, así con eso, se quejaba de que ya hay menos católicos. Y es que lo vemos: buena parte de los mexicanos, que son católicos, aprovechan la Semana Santa para divertirse: piensan que son días para descansar y lo correcto es vivir la conmemoración religiosa; sin embargo, vivimos un mundo de consumismo… basta recordar como, por ejemplo, Mónica González García en su condición de responsable de turismo en la entidad, presume mas y mas visitas a los centros turísticos, sobre todo a los que son playa.


Los culpables son la misma iglesia. Han perdido la capacidad de predicar con el ejemplo, de inculcar las predicas, las enseñanzas de Jesús. No son congruentes con las mismas. Hace días, en un taller mecánico, un señor explicaba: que había sido secuestrado, que había perdido todo, y que al momento de ser liberado, lo primero que hizo fue entrar a la iglesia que estaba más cerca, que con lagrimas en los ojos, le pidió al sacerdote una oración porque había salvado su vida. Su dolor, explica, se incremento: que le pidieron que primero pagara el costo de la misa, cierto o no, la iglesia se ha materializado, ha perdido su mística de pobreza.


Cada día son más los mexicanos que se alejan de la iglesia católica. Van en busca de una fe que sea más congruente en la enseñanza y en su práctica. Y en fechas como estas, es cuando la iglesia hace notar la condición de humildad que debe contener cada uno de nuestros actos. Y es que, la conseja popular es válida: no basta con serlo, hay que parecerlo. Y ahí es donde falla la iglesia: pregona una enseñanza que no practica.


Contacto:
Web: http://meligue.blogspot.mx/
Twitter: @melitonguevara





No hay comentarios: