Este fin de semana el rector Enrique Etienne Pérez del
Rio hizo unas declaraciones que llamaron mucho la atención. Puse la nota
informativa en mi muro del Facebook el resultado hasta el momento de escribir
era: 195 me gusta, 42 comentarios y 11 veces compartida. Y es que el rector
informo que van a ofrecer a los estudiantes cursos de redacción y gramática,
tan simple, porque no saben leer y menos con los textos de las redes sociales.
La Universidad es el último tramo de la formación
profesional. Y en el caso de la Universidad Autónoma de Tamaulipas vale hacer
notar otros hechos significativos: hace varios años se impuso como materia
obligatoria en todas las carreras la materia de “Desarrollo de Habilidades para
Estudiar” o aprender. Hacerlo implico, en ese momento, reconocer que hay
deficiencias en el habito de estudiar de buena parte de los universitarios.
Al paso del tiempo, sin tanta difusión mediática como
ahora, también se incluyo un taller de comunicación oral y escrita. Y de este
caso, recuerdo un hecho anecdótico: al impartirse por primera vez en la carrera
de derecho, la maestra hizo un examen diagnostico; como resultado les informo
que incluiría en el plan de trabajo las reglas elementales de redacción. El
resultado fue pedir su cambio, hagan de cuenta, porque los ofendió al hacerles
tal propuesta.
Cuando la maestra fue informada de la petición de los
alumnos, pidió la oportunidad de despedirse y explicarles. Y lo hizo: leyó un
par de textos, señalo los errores y les pregunto: ¿Ambicionan ser jueces,
magistrados, excelentes litigantes y cuando corregirán sus errores
ortográficos”. Al respecto se cuenta: un juez dicta un oficio a su secretaria
para una diligencia, que sea el viernes y pregunta la secretaria ¿Cómo se
escribe?, y el juez le responde: póngala mejor para el martes.
Enrique Etienne ha dado golpes serios a vicios y errores
universitarios. Hoy reconoce una realidad: no todos, pero si buena parte de
ellos, tienen problemas para expresarse correctamente en términos de escritura;
los errores ortográficos son evidentes y el estilo escritural deja mucho que
desear. En los exámenes escritos es frecuente observar que fallan en
estructurar sus ideas, no las completan o las oraciones no reúnen los
requisitos de un buen estilo.
La decisión del
rector de dar cursos de gramática y de ortografía es reconocer, únicamente, un
problema que nace desde la formación inicial. La universidad deber formar
profesionales, investigadores, crear y difundir tanto el conocimiento como las
artes. Creo y estoy convencido, la única manera para que los estudiantes aprenden
gramática y ortografía es con la lectura: aprenden nuevas ideas, ortografía e
incrementan su vocabulario. Esa es una tarea que tienen que hacer todos los
docentes universitarios.
El problema, creo, también nace del modelo que se utiliza
en el proceso de enseñanza-aprendizaje: cuando solo el maestro expone clase,
tipo conferencia, cuando no recurre a prácticas y mas practicas, lecturas y mas lecturas, no induce a que el
estudiante lea y escriba. Son las herramientas más comunes para aprender. Por
eso, es fácil decirlo: con un esquema así, quien mas aprende es el profesor,
porque prepara todos los días su clase: lee y hace apuntes, resúmenes o
diapositivas.
En los comentarios del Facebook Efraín Kleriga sugiere
que se de extensión a los egresados y en especial a los de periodismo; y un
docente, Carlos Alvarado, se dice listo para inscribirse porque siempre es
bueno mejorar el conocimiento y perfeccionar el estilo de escribir. Lo
importante es que, tanto estudiantes como profesores, lo asumen: que reconozcan
el fallo y busquen solucionarlo… y eso es lo que propone el rector: yo, listo
también, siempre se aprende algo nuevo que ayuda.
Contacto:
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@melitonguevara
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