Cuando se tocan palabras, o expresiones, del argot
político siempre tenemos nuestras dudas sobre lo que pretendió decir. Claro,
hay expresiones muy claras: del plato a la boca se cae la sopa; la caballada está
muy flaca o el que se mueve no sale en la foto. Y es que hace días Cesar
Camacho, el líder del PRI, dijo que son “optimistas razonables”. ¿Cómo
explicarlo?
Creo que la mejor forma de explicarlo es la actitud que
toma Baltazar Hinojosa Ochoa en Victoria, cuando como Secretario de
Organización del CEN, se placea con los candidatos a diputado federal. Estuvo
en Victoria, con Miguel González Salum y su expresión –palabras más o menos-,
fue que hay condiciones para recuperar los 6 distritos que se perdieron hace
tres años: da por sentado, entiéndase, que se gana Victoria y Mante.
No hay el menor
problema para entender que significa “optimista”, es decir, que estas contento,
feliz, que te sientes afortunado. Pero agregarle “razonables” quiero entender
que significa que tienen elementos que hacen pensar en un triunfo. La expresión
de Baltazar Hinojosa es que “hay condiciones para recuperar los distritos
perdidos”. Es, a estas alturas, el discurso del PRI, que Rafael González
Benavides ha sostenido de manera insistente.
¿Cuáles pueden ser las condiciones favorables para el
triunfo, según la expresión de Baltazar Hinojosa. Uno, puede ser el papel de la
oposición: en Tamaulipas, en ciertos lugares, no hay evidencias de campañas
fuertes, intensas. En pocas palabras, que la oposición hace muy poco ruido;
Dos, la estructura partidista y su capacidad de movilización; esta inicia con
las famosas “listas de promovidos” y, obvio, las llamadas telefónicas el día de
la elección y las famosas operaciones “menudo” o “tamales”.
En la practica en Tamaulipas solo pintan dos partidos
para las elecciones: el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario
Institucional; los otros, como el Verde, el Panal, Movimiento Ciudadano, entre
otros, tienen como meta obtener el porcentaje mínimo para seguir disfrutando de
las mieles del financiamiento público. Y en el caso del Partido Acción Nacional
su área de influencia, donde hay evidencias, es Matamoros, Nuevo Laredo y
Tampico. Pero hoy, el PRI, es “optimista razonable” y piensa que puede
recuperar esos distritos.
Si nos atenemos al poco ruido, o a la reducida campaña
electoral, que hacen algunos partidos políticos, hay que pensar en que sus
propósitos políticos de seducir a los
electores son mínimos. Sin embargo, hay un dato que no se puede soslayar: el
hecho de que el PAN ya tiene, como quien dice, un voto duro hasta en el campo:
la evidencia esta en los municipios que son gobernados por el PAN, salvo
Matamoros y Nuevo Laredo, son municipios rurales: y es un voto de castigo.
Las razones de Baltazar Hinojosa del “optimismo razonable”
son: “Tenemos candidatos transparentes, no tienen cola que les pisen; tenemos
candidatos que han demostrado que son gente de bien y que tienen una oferta
política clara y que la han recogido, que se va a formar una agenda
legislativa”. Por cierto, el obispo
capitalino se pregunta: si hay 10 candidatos, porque solo 4 hacen campaña
política, donde está el dinero que les dan para que las hagan.
El optimismo de Cesar Camacho como el de Baltazar
Hinojosa se comparte con cada uno de los candidatos y, no se diga, con aquellos
ciudadanos que son parte de una u otra campaña: ver al grupo en Victoria, que
está apoyando a Miguel González Salum, es creer que tienen el triunfo
asegurado. Y si como dicen, van por los 8 distritos, será un triunfo sorprendente.
Y es que, a estas alturas, ya el carro completo es amoral políticamente.
Como ciudadano, cívicamente responsable, desearía que
votáramos todos los tamaulipecos; sin embargo, en promedio votan en un rango
del 45 al 55%; lo que implica una tremenda abstención y que indica, sin la
menor duda, que los partidos políticos no hacen su trabajo y que sus candidatos
no son capaces de despertar la emoción democrática para una participación
intensa.
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