Uno quisiera que en las campañas se dieran todos los
eventos que son parte medular en otros lugares, quizá con democracias más
desarrolladas: como por ejemplo, que haya debates, porque así se pone en
evidencia más de un candidato. Y no, al menos en el V Distrito, todo quedo en
un foro organizado por los comerciantes: solo fueron, hablaron de sus
propuestas, pero no confrontaron.
Miguel González Salum, el abanderado priista, fue
concreto: ofreció trabajar con honestidad y congruencia; y que su compromiso es
legislar para mejorar el empleo, la educación e impulsar el desarrollo de la
región. Hizo, eso sí, una denuncia: no se vale engañar a los ciudadanos con
propuestas huecas, es decir, con propuestas que difícilmente pueden cumplir.
Entre las propuestas, o compromisos de Miguel, esta
pugnar por la desaparición de 100 diputados (de los 200) que son
plurinominales; de 32 de los senadores que van por la misma línea. Y no anda
errado Miguel, recordemos: fue una propuesta de Enrique Peña Nieto, así que lo
único que tiene que hacer es hacer presión, recordar, y hacer notar al actual
Presidente que le falta hacer una propuesta que ofreció en campaña.
¿Por qué habla Miguel González de propuestas o promesas
huecas? Porque más de un candidato ha ofrecido, por ejemplo, que bajara las
tarifas de la luz… esas, recuerden, hasta Oscar Luebbert lo busco cuando fue
senador, otros han hecho lo mismo, y nada: es una decisión que no depende del
legislador. Tampoco pueden ofrecer escuelas, hospitales, pavimentar calles, ni
que habrá más y mejores empleos… Solo hacer leyes y ser gestores.
Por cierto, para este momento, ya cada candidato, cada
partido, prácticamente hizo todo lo que debía para obtener votos. Ya están en
la etapa de presagiar una victoria con eventos o datos que asi lo hagan notar.
Miguel Gonzalez Salum y Alejandro Guevara Cobos, no se si sea por la
experiencia que tienen, pero son los únicos candidatos que muestran musculo y
dan cuenta de como los electores están con ellos. Como quien dice, ya están con
el triunfo en la mano.
En el mismo ámbito de las campañas, pero a nivel
nacional, la guerra sucia esta en todo su apogeo; al grado que ya, en
reportajes periodísticos, dan cuenta de los contenidos de los spots que
cerraran la lucha electoral: una guerra de descalificaciones, casi todos,
generados por el PAN en contra del PRI. El propósito es claro: descalificar al
enemigo, desprestigiándolo, de esta manera creen que pueden hacer que tengan
menos votos.
El caso más fuerte de las descalificaciones más
conocidas, porque está más cerca de nosotros, es lo que sucede en Nuevo León:
El Norte, como Reforma, no tanto que hayan tomado partido en favor de El
Bronco, pero si en contra de Rodrigo Medina y su familia que se despacharon con
la cuchara grande. El control de daños fue imposible y, cierto o no, pero esta
postura periodística da la impresión que impulso al candidato independiente, al
grado que sus encuestas (de El Norte y Reforma) dan como ganador a Jaime
Rodríguez Calderón.
En fin, estamos a horas de que seamos bombardeados por
spot, no propositivos, si descalicativos; a días de que el elector acuda a las
urnas y decida una victoria o una derrota. En tanto, los candidatos siguen
haciendo sus propuestas: por ejemplo, Gustavo Cárdenas, en el V Distrito,
pregona que ya es tiempo de un cambio histórico al tiempo que remarca que
luchara por más transparencia en el gasto público.
Por cierto, los que saben de aguacates, dan por sentado
que más de uno de los candidatos ya saben de su destino: triunfo o derrota,
precisamente por las encuestas internas, las verdaderas, que no dan a conocer. Falta
poco, por otra parte, para conocer de traiciones, acusaciones y más cosas por
ese estilo, justificativo de una que otra otra derrota.
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