El trabajo de Ramiro Ramos Salinas en su condición de
líder parlamentario tiene una característica básica: le demanda una capacidad
enorme para negociar, obvio, lo que implica además de escuchar la habilidad
para argumentar o contraargumentar. Y es en los momentos complicados en donde sale a relucir
si se es o no, buen negociador: en este caso, imperativo, es el de la reforma
política electoral.
Primero habían dicho, informado pues, que estaría lista
para el mes de mayo. Era un compromiso de los legisladores; sin embargo, ahora
resulta que siempre no, que se mueves hasta el próximo mes, al menos es lo que
se conoció esta semana. Y la nota, digamos discordante, la proporciona la
fracción parlamentaria del PAN; que abandona la mesa de trabajo, argumentando una
simulación de democracia e independencia del Poder Legislativo.
¿Por qué abandona el PAN la mesa de discusiones? Dan, es
cierto, un argumento; sin embargo, en la historia política, siempre hay una
negociación, es decir, un estira y afloje, de tal manera que unos ceden algo y
otros piden más. Al final, si hay acuerdo, se entiende que se “negociaron”
puntos, decisiones y acciones. Por otra, parte, el propio Ramiro Ramos hace
notar que ya están platicada la agenda con todos los grupos.
En fin, hay un detalle. Nadie, creo que ni los propios
diputados, son capaces de creer en la independencia del Poder Legislativo; no
al menos ahí donde hay una mayoría aplastante, o una mayoría calificada para
tomar decisiones. Es obvia la influencia del Ejecutivo sobre el Legislativo:
Ramiro Ramos fue colaborador del gobernador, fue el líder estatal del PRI, cuyo
jefe real es el gobernador. Así ha sucedido en otras épocas: la dirección de la
acción política la marca el titular del Ejecutivo.
Hablan de simulación. Recuerdo cuando los diputados
locales estaban en proceso de elegir a nuevos Consejeros Electorales. Leonor
Sarre, que era diputada y parte de la comisión, declaro que todo era una
simulación; que ya estaban los acuerdos y que incluía el que Miguel Gracia
dejara de ser Consejero Presidente. Así sucedió, solo que para no dejarlo
desprotegido, se le convirtió en el Magistrado Presidente del Poder Electoral.
El PAN, en aquel momento, se salió con la suya… no se reeligió al Consejero
Presidente.
La actitud de los legisladores panistas puede tener dos
razones: a) protagonismo, hacer ruido y ofrecer a la ciudadanía, al electorado,
una imagen de que proponen y defienden esquemas que rompen con la propuesta
oficial; b) negociar, alcanzar un beneficio, que bien puede ser en prerrogativas
y prebendas o, en última instancia, modificar o quitar alguna propuesta que no
les parezca beneficiosa. Dicen que, por sus hechos los conoceréis.
La mecánica legislativa es obvia: en Comisiones se
discuten los puntos y se toman acuerdos, de tal suerte que es, a partir de
esos, como se desarrollan los hechos en una sesión legislativa. Por eso, en
otras ocasiones, nos hemos topado con situaciones extraordinarias: que
diputados panistas aprueban las propuestas legislativas, porque así lo
acordaron, y luego las impugnan… y en algunos casos se han salido con la suya
porque no se sigue el debido proceso.
Ante la huida, o escape, de los legisladores panistas el
líder congresal Ramiro Ramos Salinas explico: “No sé porque (se fueron). No veo
ninguna razón porque la agenda esta platicada con todos los grupos
parlamentarios. Ellos tienen derecho a estar opinando y aportando ideas para
una reforma político electoral, que es la más importante de la que hemos
abordado aquí”.
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