COTIDIANA/02.01.2016
EL PODER DE LA FAMILIA.
La familia, nos han enseñado, es la célula de la sociedad. Y también nos
han dicho que, de un tiempo para acá, los males de la sociedad tienen como
derivación una familia desintegrada; con pérdida de valores, por el
alcoholismo, la drogadicción y otros vicios.
Yo veo, siento, palpo, que esa es una verdad relativa. Porque ahi donde
estoy, o cercano a mí, siempre contemplo, observo, la presencia de una familia
poderosa. Unida y fuerte.
La familia García Baldazo ha sido, para mí, emblemática: siempre bajo la
dirección de José García Balleza (+), mi suegro. Familia que, como es
tradición, se reunió este fin de año en El Roble. Mi familia, Guevara Castillo,
lo hicimos en casa de mama; y, antes, habíamos estado con papa.
Veo en los distintos muros de mis contactos como, en familia, muchos
recibieron el año nuevo; y veo, como en familia, festejan aniversarios de
bodas, de cumpleaños o, simplemente, que se reúnen por la tradición de hacerlo.
La historia es pródiga en historia de familias que han sido famosas,
poderosas. Y lo son en la medida que hay un líder, que hay amor fraterno;
también de que, en unidad, toman decisiones y hacen acuerdos, en bien y para
regocijo de todos.
Hace días me dijo Carlos López Arriaga, amigo y periodista: eres
afortunado, porque tienes a tus padres y a una familia numerosa. Efectivamente,
así es: papas, hermanos, tíos, sobrinos, primos. Y es lamentable que, en más de
las veces, el círculo fraterno se reduce a la familia central y no nos damos
tiempo para confraternizar con todos.
Me dijo un tío, Lupe "El Güero", hijo, casi no nos vemos. Solo
nos vemos, advirtió, en funerales, cuando alguien se nos adelanta, agrego: a
veces hacen bodas y fiestas y no invitan. ¿Sera parte de la desintegración
familiar?
La familia da sentido a nuestra vida; nos concede amor, alegría y
felicidad. Es nuestra raíz y mientras más grande sea, mas fuerte será. También
nos proporciona retos, compromisos y responsabilidades... Y con la convivencia,
la confraternidad, el apoyo y la solidaridad, nos enseña que nunca estamos
solos.
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