Leo, escucho, más y más sobre la próxima elección de
gobernador para la entidad. Ya terminara el periodo de Egidio Torre Cantú y, en
un ejercicio democrático, los tamaulipecos tenemos la obligación, la
responsabilidad, de emitir un voto. ¿Quién será el sucesor de Torre Cantú?
El misterio causa especulación, suspenso. Y es que, en términos
formales, ya desde el día 20 los partidos políticos debieran tener, en su
democracia interna, una definición puesto que estamos en etapa de precampaña
partidista. Y nada, ningún partido político ha declarado abiertamente, el
nombre de su candidato.
Hace seis años participaron cinco candidatos, de cinco
partidos políticos: del PRI, PAN, PRD, PT y CONVERGENCIA. Para este año pueden
ser hasta 8, puesto que se agregaría uno del Partido de Encuentro Social, otro más
de MORENA y ya está en lista un independiente. Y es cuando uno se pregunta:
¿Por qué tantos partidos, tantos candidatos?
Los datos son concluyentes. El PRI y el PAN obtuvieron el
92.39% de los votos (61.58% el PRI y 30.81% el PAN). En tanto que los otros
partidos contendientes solo el 5.14%, como quien dice, ni el PRD, ni el PT o
Convergencia pintaron. Casi, como diría un ex presidente, si se vieron, no
tienen presencia en la entidad.
Esos datos, nos reiteran la pregunta: ¿son necesarios tantos
partidos políticos, tantos candidatos?, si en la práctica solo dos, el PRI como
el PAN, son los que tienen estructura, organización, recursos y capacidad para
llegar al electorado y obtener su voto. Sin embargo, la diferencia entre el PRI
y el PAN, se explica, que fue del 2 x 1, en pocas palabras, no tuvo ni
oportunidad de ser ganador.
Para la elección del 2016, para la sucesión de Egidio Torre Cantú,
¿será el mismo escenario? La respuesta es no: no puede ser el mismo escenario,
porque de una u otra manera, para esta elección, se da con certeza, que el
candidato del PAN será el senador Francisco Javier Cabeza de Vaca, el panista
mejor posicionado hasta el momento… con todo y que tiene una fama de no
practicar el valor de la honestidad.
Dos partidos políticos concentran más del 90% de los votos. Serán
ellos, entonces, los que este 2016 también lo hagan. Una especie de
bipartidismo disfrazado, porque el PRI toma ventaja al ir en coalición con el
PANAL y con el VERDE; en tanto que el PAN, al menos en Tamaulipas, no ha
logrado hacer alianza con el PRD tal y como ha sucedido en otras entidades. Y
es que el PRD no saca ni el 3% de los votos.
La diferencia, única, para este elección es que en el
escenario, hay dos condiciones: Si el PAN elige al senador Francisco Javier García
Cabeza de Vaca, no es un candidato que goce de buena reputación, con todo y que
es el mejor posicionado. Y en el caso del PRI, lo que se avizora es que hay la
percepción de un voto de castigo: ya se vivió en la capital en la última
elección federal… el PRI solo gano con 101 votos de diferencia.
Esas, quizá, la tardanza del PRI para dar a conocer a su
candidato a gobernador: decidir si van con un candidato que, en la práctica,
les garantice un triunfo contundente; o ir con uno, satisfaciendo un interés de
camarilla, pero con riesgos de perder la elección. Todo, cuentan, será en pocos
días, u horas, que se puede estirar hasta el 30 de enero.
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