martes, 14 de junio de 2016

CERO IMPUNIDAD.

Tamaulipas ya tiene gobernador elector: Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Pertenece al PAN y al momento de recibir su constancia como tal, sentencio o puntualizo dos situaciones: que no habrá una cacería, pero que no está dispuesto a tolerar la impunidad, es decir, la corrupción. La primera da que pensar; la segunda, recibe aplausos.


Al detalle, cada sexenio, cada cambio de gobierno, se daba un cambio –o enroques en su caso-, según quien fuera el gobernador entrante. Por ejemplo, Tomas Yarrington Ruvalcaba trajo a muchos de sus compañeros de Matamoros, entre ellos, por ejemplo a Miguel de la Rosa, a Jorge A. Pérez, Simón del Villar; con Eugenio Hernández Flores y con Egidio no hubo tanta movilidad, al ser parte del grupo de Victoria.


Cada sexenio había una renovación, o semirenovación, del grupo en el poder en tanto que se cambiaba a Secretarios, Subsecretarios, Directores Generales, Directores, Subdirectores y hasta jefes de departamento. El resto no tienen por qué preocuparse. Sin embargo, en esta ocasión, cuando hay un nuevo gobierno, el de la alternancia, ya no habrá enroque en los mandos superiores…de que se van, se van, decían en campaña los panistas.


No habrá cacería de brujas, se dice, cuando en la práctica sería una cacería de malos servidores públicos. Ya Armando Charles, líder de la sociedad civil y experto en derecho, hizo notar que el nuevo gobierno tendrá hasta un año para fincar responsabilidades a quien, o quienes, hayan realizado un ejercicio del presupuesto público. Recordemos: tanto Tomas, como Eugenio y Egidio pusieron a alguien tras prisión, para dar ejemplo de combatir la corrupción.


El gobernador electo ofrece no hacer una cacería de brujas. Sin embargo, es imposible que no vulnere, que no enfrente con la justicia, a quienes se han enriquecido con sus responsabilidades públicas. Ya, por ejemplo, circulan en las redes sociales descripciones y explicaciones de irregularidades en el sindicato burócrata. ¿Estaremos ante el fin del cacicazgo de Blanca Valles? Incluso, ya hasta se menciona a su potencial sucesor.


Las promesas de campaña generaron expectativas y movieron a los ciudadanos a emitir un voto por la alternancia, por el hartazgo de corrupción e impunidad. De ese tamaño es el reto, el compromiso, del gobernador electo Francisco J. García: no puede decir, en los hechos, borrón y cuenta nueva, tal y como lo advierte en su mensaje en el IETAM. No es que el pueblo quiera sangre ni que quiera ver guillotinados a quienes se sirvieron en lugar de servir.


Y es que, a veces, no hay que buscarle tres pies al gato para encontrar un punto de arranque, para jalar a la madeja. Hace días, por ejemplo, se publicó que en 2015 solo se ejerció el 52% del presupuesto en seguridad pública, que no hubo capacitación, que significó regresar a la federación 168 millones de pesos. Como bien dice la ley de responsabilidades de los servidores públicos, la omisión es un delito. ¿Sucedería igual en otras secretarias o programas federales de incidencia estatal?


La elección del 5 de junio ya tiene una repercusión en la esfera pública. Cuentan que ya Gilda Cavazos está presionando a las distintas dependencias del ejecutivo y organismos públicos descentralizados que apuren la entrega-recepción. Como pensaban que ganaría el PRI, ahí la llevaban despacio. Ahora, se apuran y, obvio, buscan hacerlo de la mejor manera, para que no haya suspicacias. Ya no habrá quien cuide las espaldas a los que se van.


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