Este martes el mundo político tamaulipeco se sorprendió.
Dos notarios, uno de Tampico y otro de Victoria, fueron detenidos como
presuntos implicados en un proceso irregular de compra-venta. Sorpresa porque,
hasta la fecha, no se tiene noticia de algo parecido… sabíamos que habían
quitado fiat en otras épocas, pero sin detenerlos. En este caso, se recuerda,
ya el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca había dado un aviso.
El aviso de ir en contra de la corrupción fue al inicio
del sexenio. Y hasta la fecha, salvo el anuncio de esas detenciones, no se
había visto ninguna acción o indicio de que efectivamente se va en contra de
acciones que violenten el Estado de Derecho. Se mantuvo en reserva, hasta que
se informó de un hecho.
¿ALCALDES EN CAPILLA?
La historia de Tamaulipas muestra cómo, en otras épocas,
han sido detenidos, acusados, y sentenciado, algunos alcaldes tamaulipecos. Sin
embargo, en varias ocasiones, algunos fueron como un ejemplo anticorrupción,
presentándose un factor circunstancial: se enemigo del gobernador en turno.
Hoy, con Francisco Javier García Cabeza de Vaca, se entiende, buena parte de
los exalcaldes son sus “enemigos políticos”-
Todo hace indicar, sin embargo, que las pilas están
enfocadas hacia el expresidente municipal de Tula, Juan Andrés Díaz Cruz; a
quien, en principio, ya la federación estableció que se le entrego dinero para
determinadas obras que no se hicieron, hubo pues desviación, y en este caso el
alcalde en funciones ya hizo notar que puso la denuncia correspondiente.
Y es que Antonio Leija, el alcalde en funciones, se queja
amargamente: como ese dinero no está, no hay obras y no se puede regresar, el
gobierno federal tiene castigado a Tula: no puede recibir aportaciones para
programas de obras sociales y de bienestar social, precisamente por ese
antecedente. Ya hay, pues, una denuncia.
REPRUEBAN LA CUENTA PÚBLICA.
Ayer sesiono el Congreso Local y aprobó, sin más trámite
de que los diputados levantaran la mano para aprobar cuentas públicas
municipales; Y como se anunció con anticipación, y se aprobó negativamente las
de Tula. Con esto, obviamente, que Juan Andrés Díaz Cruz no puede dormir
tranquilo. Tiene que entender, si, entender, que los tiempos cambiaron. Y que
el diputado Joaquín Hernández Correa está dispuesto, si, a llevarlo a prisión.
Desde un principio se conoció que el dictamen era
negativo. Solo Juan Andrés y sus cercanos colaboradores saben, a ciencia
cierta, si es que efectivamente hubo malos manejos. Lo que si es cierto, es que
más de un representante popular, que anduvo por aquellas tierras, recibió una y
mil quejas de los campesinos sobre la corrupción y los abusos del alcalde en
funciones.
SUCIOS, HEPATITIS Y AGUA.
Pese al sigilo con que la Secretaria de Salud maneja los
brotes epidemiológicos, tarde o temprano salen a la luz pública. Inicialmente,
recuerdan, la titular de Salud Lidia Madero al ser cuestionado, a rajatabla,
negó el hecho y sentencio que eran las consecuencias de malos hábitos de
limpieza de las familias. Les llamo, en pocas palabras, sucios.
Ahora, ya cuando el brote no puede ser negado, hace notar
que ya se realizan las investigaciones pertinentes y que, en primera instancia,
se piensa que la causa está en el agua que se toma. Aquí vale recordar que,
esos casos, son en el área rural; sin embargo, hace días en las redes sociales
un ciudadano subió la imagen de un vaso con agua: dijeron, parecía refresco de
toronja. La pregunta es: ¿se puede tomar el agua de la capital? ¿Qué dice
Gustavo Rivera?
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