sábado, 9 de diciembre de 2017

GRADUACIONES Y GASTOS.

A unos les gusta mucho la canción, esa que dice: “Diciembre me gusto pa que te vayas”, amarga navidad, la canción de José Alfredo Jiménez. A mí me gusta diciembre por sus posadas, las reuniones familiares y, claro, las graduaciones: es un mes de pura felicidad, para chicos y grandes, hombres y mujeres. Claro, como en todo, hay sus excepciones, pero así es la vida.


En mi época de docente universitario en diciembre, cuando se graduaban mis alumnos, aprovechaba la ocasión para felicitar a todos en general; en especial, a aquellos que por su aprovechamiento, eran motivo de orgullo de sus padres y de reconocimiento por la institución educativa. Hoy, pues, para ellos mi felicitación, de manera anónima, porque no se sus nombres.


LA GRADUACIÓN UNIVERSITARIA.
Mi graduación universitaria nunca la voy a olvidar. Y es que, dada la condición socioeconómica de mi familia, hubo un momento en que pensé, si, que no estudiaría la universidad. Y ya luego, como docente, fui testigo durante 37 años de graduaciones: vi formar a mil y más, que hoy muchos, son exitosos profesionistas y, veo, además como se acuerdan de su vida de estudiante. Hace días vi, por ejemplo, que la generación 73-78 de Licenciados en Administración Pública se reunieron: y hoy, una de Comunicación, se reúne para festejar que hace 20 años concluyeron sus estudios universitarios.


Diciembre es época de graduaciones. Y una de las graduadas en Roció Guevara, una de mis sobrinas; que en la ceremonia no pudo ocultar su emoción y que después, entre abrazos y besos, dio gracias a sus padres (Artemio y Chely) por el apoyo, pero sobre todo, dio gracias a Dios por concederle la oportunidad de concluir sus estudios y se declara lista para entrar al mundo laboral y, luego, dijo, a estudiar la maestría. Ya hay, pues, psicóloga en la familia.


IMPOTENCIA Y CORAJE.
Pero cuando termina un ciclo escolar no todo es felicidad, alegría y contento familiar. Hay que contar todo. Con mis alumnos, por ejemplo, veía la desesperación de unos y otros por la presión, la carga de trabajos finales, de los exámenes y, claro, la inquietud de sus padres porque sus hijos aprobaran o ya concluyeran sus estudios. Y también de cerca vi, escuche, a veces, el coraje y la impotencia de pagar cuotas, inscripciones y cursos.


Cuando termina un curso o periodo lectivo ese es otro problema. Más de una vez nos enteramos por los medios de comunicación, o en charlas de sobremesa, de cómo hay coraje e impotencia de padres de familia: en la escuela los amenazan con no darles las calificaciones, o de plano, no darles oportunidad de presentar sus exámenes finales si no pagan, sobre todo en las escuelas particulares. Acusaciones van y vienen, es un cuento de nunca acabar.


COBROS EXCESIVOS.
El viacrucis (en diciembre) académico es para los padres que tienen hijos en escuelas particulares. En otros tiempos las denuncias han proliferado y PROFECO no da señales ni de humo. Y es que, nomás para que se den una idea, en Tamaulipas hay 500 escuelas particulares (todos los niveles) y en la capital tamaulipeca se registran más de 50 y más de una, por no decir todas, hacen de las suyas.


Les pongo solo un caso, de la UVM: aplicaron un aumento en las colegiaturas de más del 20%. Y los padres, ni como protestar, bien que saben que al hacerlo, dar la cara pues, los únicos afectados pueden ser sus hijos. La Universidad, en plan de comprensión, da la oportunidad de pagar en parcialidades… pero ese no es el caso: el caso es que aumentaron la colegiatura y, aquí y en China, ese tipo de acciones quiérase o no desestabiliza a cualquier padre de familia, porque el sueldo sigue siendo el mismo... el aumento de 8 pesos inicia hasta enero.


HACEN SU AGOSTO EN DICIEMBRE.
Me gusta diciembre pa que se vaya, pero sueldo y aguinaldo. Se va en graduaciones y en bodas, en preposadas y posadas, en regalos navideños; y en pago de colegiaturas e inscripciones, esto último, para que los hijos tengan derecho a presentar exámenes finales y, en ciertos casos, hasta para que puedan recibir sus calificaciones… en más de 500 instituciones educativas en el Estado y más de 50 en la capital tamaulipeca… Por cierto, antier se gradúa mi sobrina Roció y hoy se casa Karla, otra sobrina.



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