sábado, 30 de diciembre de 2017

¡FELIZ AÑO NUEVO!

¿Es fácil o difícil decir adiós al 2017? Cuando alguien se va, sea un familiar, un amigo, es difícil; más cuando es una despedida sin retorno. Las lágrimas salen a flote sin obstáculos. ¿Sera lo mismo para el día, la semana, el mes o el año? A medida que el tiempo avanza, bien que lo sabemos, se acorta el tiempo de la vida, como el tiempo para cumplir metas o propósitos. En este sentido, creo, si debemos de llorar al 2017: siempre, por siempre, decimos que algo nos faltó hacer.


El final de un año, y el recibimiento de uno nuevo, sin embargo, no es tan doloroso y dramático. Más si, como hemos sido testigos al menos por la televisión y las redes sociales, el momento de la cuenta regresiva de 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 siempre es emocionante. A lo largo del mundo, en las principales ciudades, es una fiesta. Y en cada hogar, padres, hermanos, sobrinos, primos, entre otros, nos damos un abrazo de año nuevo.


LLEGAR A TIEMPO.
Creo que las fechas, por decir los cumpleaños o cuando termina o inicia un año, cuando damos por concluida una etapa, es justo recordar la expresión del poeta que explica como el marinero en alta mar revisa las estrellas para revisar su rumbo, porque no quiere llegar ni antes ni después, solo llegar justo a tiempo, con todos. Y eso, creo, es lo que cada uno de nosotros tiene que hacer.


Llegar a tiempo a cada una de nuestras etapas, se de la niñez, la adolescencia o la edad adulta; llegar a tiempo a cada uno de los compromisos y responsabilidades para no desajustar la sincronía, la armonía, que el Creador ha establecido para nuestra vida, para cada uno de nuestros actos u acontecimientos. Y, para lograr esto, lo mas importante es tener metas, propósitos u objetivos que, a partir de una planeación, es como sabemos si cumplimos las palabras de León Felipe.


PROPOSITOS DE AÑO NUEVO.
Así, creo que todos, quiérase o no, debemos establecer las metas de nuestra vida. Tenemos que hacerlo para darle un rumbo a nuestra vida. Recuerdo que en una ocasión a mis estudiantes les pedí que planearan su vida académica de una semana, luego hicieran una visualización de que harían, o donde estarían, en 5 o 10 años. Una joven, casi gritando me dijo: profesor, si no puedo planear un día de mi vida, como quiere que haga planes de toda la vida.


Y es sencillo. Basta con empezar a soñar: quiero viajar, tener un carro del año, una casa grande, ser escritor, artista o astronauta. Y es que, a partir de ahí, es como se puede hacer, precisamente, lo necesario para lograrlo. Una alumna me decía: quiero ser escritora…pero yo observaba que no leía ni el periódico, ni el horóscopo, menos un libro. Al paso de los años se hizo fotógrafa exitosa. Son, sin la menor duda, los rumbos de la vida, que son definidos por la actitud, los intereses y la propia vocación.


SER FELIZ EN EL 2018.
Creo que a fin de cuentas, lo más importante, es tener una idea de cómo queremos vivir nuestra vida y, claro, ser felices. Un día me dijo Catón, el que escribe de política y cosas peores: lo más padre de esta vida es que hagas, realices o trabajes en lo que te gusta y que, además, te paguen. Eso es felicidad… conozco en cerca de 40 años como docente a cientos de estudiantes, egresados de la universidad, que hacen un trabajo que no corresponde a lo que estudiaron… pero que lo hacen porque, como todos, deben tener un trabajo para sobrevivir.


Mi propósito en el 2018 es seguir siendo feliz: feliz después de trabajar 37 años en la universidad ahora estoy jubilado. Escribo porque me gusta; tomo fotografías porque me divierte, me entretiene y, al final, da sentido a mi vida: exponer a través de las fotografías emociones, sentimientos y de pronto sentir la satisfacción de que se logró algo bello. Y, además, estoy desarrollando un conjunto de lecturas para fortalecer mi vida espiritual… en pocas palabras: hago, hoy en día, lo que me gusta…y esa es parte de mi felicidad.


DESEOS PARA 2018.
Como soy parte de una comunidad, quiero manifestar que mis deseos, no personales, pero si vinculados a la comunidad son: que los ciudadanos emitan un voto razonado consecuencia de poseer información; que el nuevo Presidente, por fin, responda a las expectativas y la corrupción se termine; que ya no haya evidencias de impunidad, que las leyes se apliquen y que la riqueza sea redistribuida de mejor manera, de tal suerte, que disminuya la pobreza, no importa que México tenga menos ricos.


¡Feliz Año Nuevo!


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