¿Es fácil o difícil decir adiós al 2017? Cuando alguien
se va, sea un familiar, un amigo, es difícil; más cuando es una despedida sin
retorno. Las lágrimas salen a flote sin obstáculos. ¿Sera lo mismo para el día,
la semana, el mes o el año? A medida que el tiempo avanza, bien que lo sabemos,
se acorta el tiempo de la vida, como el tiempo para cumplir metas o propósitos.
En este sentido, creo, si debemos de llorar al 2017: siempre, por siempre,
decimos que algo nos faltó hacer.
El final de un año, y el recibimiento de uno nuevo, sin
embargo, no es tan doloroso y dramático. Más si, como hemos sido testigos al
menos por la televisión y las redes sociales, el momento de la cuenta regresiva
de 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 siempre es emocionante. A lo largo del mundo,
en las principales ciudades, es una fiesta. Y en cada hogar, padres, hermanos,
sobrinos, primos, entre otros, nos damos un abrazo de año nuevo.
LLEGAR A TIEMPO.
Creo que las fechas, por decir los cumpleaños o cuando
termina o inicia un año, cuando damos por concluida una etapa, es justo
recordar la expresión del poeta que explica como el marinero en alta mar revisa
las estrellas para revisar su rumbo, porque no quiere llegar ni antes ni después,
solo llegar justo a tiempo, con todos. Y eso, creo, es lo que cada uno de
nosotros tiene que hacer.
Llegar a tiempo a cada una de nuestras etapas, se de la
niñez, la adolescencia o la edad adulta; llegar a tiempo a cada uno de los
compromisos y responsabilidades para no desajustar la sincronía, la armonía,
que el Creador ha establecido para nuestra vida, para cada uno de nuestros
actos u acontecimientos. Y, para lograr esto, lo mas importante es tener metas,
propósitos u objetivos que, a partir de una planeación, es como sabemos si
cumplimos las palabras de León Felipe.
PROPOSITOS DE AÑO NUEVO.
Así, creo que todos, quiérase o no, debemos establecer
las metas de nuestra vida. Tenemos que hacerlo para darle un rumbo a nuestra
vida. Recuerdo que en una ocasión a mis estudiantes les pedí que planearan su
vida académica de una semana, luego hicieran una visualización de que harían, o
donde estarían, en 5 o 10 años. Una joven, casi gritando me dijo: profesor, si
no puedo planear un día de mi vida, como quiere que haga planes de toda la
vida.
Y es sencillo. Basta con empezar a soñar: quiero viajar,
tener un carro del año, una casa grande, ser escritor, artista o astronauta. Y
es que, a partir de ahí, es como se puede hacer, precisamente, lo necesario
para lograrlo. Una alumna me decía: quiero ser escritora…pero yo observaba que
no leía ni el periódico, ni el horóscopo, menos un libro. Al paso de los años
se hizo fotógrafa exitosa. Son, sin la menor duda, los rumbos de la vida, que
son definidos por la actitud, los intereses y la propia vocación.
SER FELIZ EN EL 2018.
Creo que a fin de cuentas, lo más importante, es tener
una idea de cómo queremos vivir nuestra vida y, claro, ser felices. Un día me
dijo Catón, el que escribe de política y cosas peores: lo más padre de esta
vida es que hagas, realices o trabajes en lo que te gusta y que, además, te
paguen. Eso es felicidad… conozco en cerca de 40 años como docente a cientos de
estudiantes, egresados de la universidad, que hacen un trabajo que no
corresponde a lo que estudiaron… pero que lo hacen porque, como todos, deben
tener un trabajo para sobrevivir.
Mi propósito en el 2018 es seguir siendo feliz: feliz después
de trabajar 37 años en la universidad ahora estoy jubilado. Escribo porque me
gusta; tomo fotografías porque me divierte, me entretiene y, al final, da
sentido a mi vida: exponer a través de las fotografías emociones, sentimientos
y de pronto sentir la satisfacción de que se logró algo bello. Y, además, estoy
desarrollando un conjunto de lecturas para fortalecer mi vida espiritual… en
pocas palabras: hago, hoy en día, lo que me gusta…y esa es parte de mi
felicidad.
DESEOS PARA 2018.
Como soy parte de una comunidad, quiero manifestar que
mis deseos, no personales, pero si vinculados a la comunidad son: que los
ciudadanos emitan un voto razonado consecuencia de poseer información; que el
nuevo Presidente, por fin, responda a las expectativas y la corrupción se
termine; que ya no haya evidencias de impunidad, que las leyes se apliquen y
que la riqueza sea redistribuida de mejor manera, de tal suerte, que disminuya
la pobreza, no importa que México tenga menos ricos.
¡Feliz Año Nuevo!
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