Salvo una contingencia de fuerza mayor puede impedir que
Manlio Fabio Beltrones se convierta en el próximo líder del PRI. Sera el
sucesor de Cesar Camacho Quiroz. Manlio no se anduvo por las ramas, en su
momento, lo dijo: quiero ser el líder del PRI. Tenía en contra una sola
circunstancia: no es, no ha sido, cercano al Presidente EPN.
¿Qué sucedió? Para que al final Manlio quedara como único
aspirante. Solo puedo decir que hizo lo que sabe hacer: política. Construyo un
escenario en el cual, uno a uno, se fueron bajando los que, a lo mejor sin
querer, se ubico como potenciales aspirantes. Al final, dadas las coyunturas,
la decisión del Presidencialismo Monárquico fue la más lógica: elegir a quien
sabe hacer política y nadie, pero nadie, le discute ese talento y habilidad.
Mucho se dijo, por ejemplo, que Manlio no aceptaría una
condición única: no pensar en la candidatura presidencial, que a fin de
cuentas, es imposible que no ambicione tener esa oportunidad. No sabemos si le
pusieron esa condición, pero él, en todo momento, ha dicho que será el árbitro
partidista del proceso que conduzca, en el 2018, a una elección presidencial. Y
nadie lo saca de esa postura.
La crisis política que vive el PRI, consecuencia del
derrotero presidencial, hace que las encuestas en este momento den al partido
de Manlio un escenario difícil, complicado. El reto de Manlio, como nuevo
líder, será construir las condiciones para que su partido remonte, se consolide
y tenga posibilidades de seguir conservando el poder presidencial. No es fácil,
dado que día con día se observa un desencanto de la ciudadanía por la ausencia
de resultados que den un giro a la percepción de crisis.
De una u otra manera se ha construido una imagen de que
Manlio Fabio Beltrones es, digamos, una especie de capo de la política; que su
talento y sabiduría le ha permitido sortear, capear, mas de una crisis y darle
la voltereta. Por eso se ha mantenido años y años en el ejercicio del poder
político. Y la mejor prueba de su capacidad, es que logro convertirse en
alguien imprescindible para EPN, primero en la Cámara y ahora está listo para
hacer lo mismo en el PRI.
Se tiene la certeza de que Manlio hará política: tejer
acuerdos, garantizar gobernabilidad, negociar y, claro, usar de la mejor manera
sus recursos políticos para lograr sus propósitos. Uno de ellos, lo dice
abiertamente, es apoyar la política y la gestión de EPN. Pero también, no se
nos olvide, todo lo que haga, al final, va dirigido a un fin: conseguir sus
metas políticas. Y una de ellas, acariciada por mucho tiempo, es la Presidencia
de la Republica.
Como bien lo dice, va a apoyar a ENP, no le va a jugar
las contras… seria destruir a su partido; pero esa rara habilidad que tiene
para hacer política, que sobre todo los pronósticos, hoy le elevan a ser el
próximo líder partidista, porque no pensar que desde el liderazgo partidista,
puede construir el escenario para que al final, como hoy, la decisión más lógica
lo beneficie.
Por lo pronto, aquí en Tamaulipas, de inmediato los
priistas como Carlos Morris se dieron a la tarea de repetir lo que otros ya
hacían: que es el mejor, que será un excelente líder, que al PRI, a los
priistas, les ira muy bien con su liderazgo. La cargada a todo lo que da… por
cierto, resulto raro que haya sido el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco
(del Verde) quien prácticamente destapo al sonorense.
En fin, les decía: nada puede impedir que Manlio Fabio
Beltrones se convierta en el próximo líder nacional del PRI. Y en estas
circunstancias, lo primero que uno piensa: en que beneficia, o perjudica, esta
coyuntura a Tamaulipas: ya, más de uno, se puso a sentenciar que es Marco
Antonio Bernal Gutiérrez el beneficiario, que puede ser el próximo candidato a
gobernador. Cierto o no, el ya anuncio que “hace política” en Tamaulipas
pensando en la gubernatura.
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