¿Es
posible juntar la teoría y la práctica? Siempre nos dicen, una buena teoría
hace una buena práctica. Estoy convencido de que es así. Sin embargo, por la
historia, por lo que observo y leo, no sucede lo mismo en la política: al menos
en México eso de la teoría política no funciona para nada. Tomo de ejemplo solo
una, la de los pesos y contrapesos de Montesquieu, la famosa división de
poderes.
La
teoría de Montesquieu divide al Estado en tres poderes. El Legislativo, el
Judicial y el Ejecutivo; y establece que, en ningún caso, dos poderes deben
estar en poder de una personal. De esa manera, sostiene la teoría, se puede dar
una especie de pesos y contrapesos, dijo, para evitar el mal uso y abuso del
poder político.
EL
PRESIDENCIALISMO MEXICANO.
En
el caso de México a partir del gobierno de Lázaro Cárdenas se instauro el
nefasto presidencialismo mexicano, que tenía como soporte al partido en el
poder, que hoy todos conocemos como el PRI. El Presidente ponía a los
gobernadores, a los diputados y senadores; y los senadores ponían, a propuesta
del Presidente a los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Para
entender lo que sucedió muchos años es necesario la lectura mínima de: 1) El
presidencialismo mexicano, de Daniel Cossío Vidaurri; 2) La democracia en
México de Pablo González Casanova; y, 3) El Presidencialismo Mexicano, de Jorge
Carpizo. La otra, tener más de 60 años, para haber vivido esa etapa. Esa concentración
del poder, sin pesos ni contrapesos, es la que tiene a México en crisis… saquearon
las finanzas públicas.
TAMAULIPAS
SIN CONTRAPESOS.
Tamaulipas
no es la excepción. Siempre se ha considerado que el líder del Congreso tiene
que ser amigo o compadre del Gobernador; y en el caso del Poder Judicial ha
sucedido lo mismo, cuando menos es una costumbre que antes o después de que
tome posesión el gobernador entrante, renuncie un magistrado. Para el momento
actual, a uno no lo ratificaron y entro Horacio Ortiz Renán y hace poco Bibiano
Ruiz Polanco también presentó su renuncia.
Todo
mundo tiene la certeza de que el próximo Presidente del Poder Judicial del
Estado será nombrado pronto. Ya Hernán de la Garza, el actual Presidente,
presento su Informe Anual de Actividades y se da por descontando en que,
cualquier día, pronto, presentara su renuncia y será el momento de que Horacio
Ortiz, el amigo del gobernador, se convierta en el nuevo Presidente.
EL
AUDITOR DEL ESTADO.
En
teoría, y en base a la ley, el Congreso Local revisa y aprueba las cuentas públicas
del Estado, municipios y organismos descentralizados. Para que su tarea de
fiscalización se creó a la Auditoria Superior del Estado, que se entiende es
autónomo y por eso lo nombra el Congreso Local. Sin embargo, Joaquín Hernández
Correa, Presidente de la respectiva comisión, llegando y llegando declaro a la
prensa que Víctor Salman no es de la confianza de los vientos de cambio y debía
renunciar… incluso, los diputados en aquel momento aprobaron que, para ocupar
ese cargo, no se requiere de certificación especializada, o sea, ser experto en
contabilidad gubernamental o en finanzas públicas.
Pues
ya se le cumplió el deseo a Joaquín Hernández Correa, ya Víctor Manuel Salman Álvarez
presento su renuncia. Y pronto, muy pronto, habremos de conocer el nombre de su
sustituto. Sera alguien, como bien lo sentencio el diputado, amigo de los
vientos de cambio. Y, una vez más, por la supeditación del Congreso Local, se
destruirá un mecanismo más que, por su misión, debe buscar que se gobierne
mejor, que se aproveche mejor el recurso público, evitar desviación o mal uso
del dinero del pueblo.
En
México, como en Tamaulipas, no funciona la teoría política.
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